La realidad se asfixia

Carlos Alberto Pérez Cuevas

La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.

Mario Vargas Llosa

El año esta por acabarse y las presiones políticas, sociales y económicas en el país cada vez son mas fuertes. Nos siguen espantando con el petate del muerto, con las probables consecuencias de las acciones que Donald Trump tomará una vez que proteste como presidente de Estados Unidos de Norteamérica. El gobierno de la república sigue sin una estrategia clara para afrontar los retos y desafíos que tendremos con nuestros vecinos del norte. Estamos inmersos en una nube que no permite ver claro a la distancia y que genera múltiples confusiones y acciones erráticas. Nada nuevo en el país, sin embargo, los resultados electorales en la unión americana siguen siendo el tema de todos los días, las preocupaciones cotidianas terminan siendo el pan de cada día.

Y toda esta maraña generada por la gran ola de opiniones termina envolviendo la realidad, que se asfixia y parece que queda de lado. Pocos han puesto atención en que en las cámaras de legisladores siguen los repartos de cuotas para cuates, así pasó con la integración del Tribunal Federal Electoral, reparto para los principales partidos y, además, con un regalo adicional: la ampliación del periodo de duración del cargo de magistrado, en algunos casos hasta de cuatro años más, no se requirieron reformas de fondo ni fue importante que exista un marco constitucional y legal que en algún momento representaba un freno. Bastó un acuerdo político y una reforma secundaria y ¡listo! nuevo tribunal y más tiempo para sus magistrados.

Pero la maraña no solo ha traído problemas electorales. No, en el caso del fiscal anticorrupción ya se anuncia que quizás haya resultados el próximo año, por lo pronto se queda en stand by, y la supuesta urgencia de que el sistema nacional anticorrupción funcionará, ¿donde quedo? El nombramiento de un fiscal general de la nación, autónomo, hoy corre peligro; un artículo transitorio en la ley da cuenta de que el actual procurador general de la república puede pasar a ser de manera automática el fiscal nacional, ¿y para qué las leyes y las reformas?

Pero no quedan aquí las cosas. Se ofrecen recompensas millonarias para quien dé información que lleve a la captura de varios de los exgobernadores corruptos o involucrados con la delincuencia organizada, y la pregunta es: ¿y los sistemas de inteligencia del estado mexicano? ¿existen? ¿funcionan? Tal parece que no, y según acusaciones de actores políticos destacados solo sirven para espionaje contra los adversarios políticos.

Las cosas están muy mal, y a dos años de la renovación del poder nacional, de las elecciones presidenciales no se ve rumbo claro ni del gobierno, los partidos políticos o la sociedad. Todos se encuentran inmersos en los procesos electorales que vienen y en la amenaza Trump. Están distraídos y enmarañados.

@perezcuevasmx

perezcuevasmx@gmail.com

Perez