Además de deficiente…

Por Teodoro Barajas Rodríguez

Evidentemente tenemos un Estado deficiente que se aproxima a todo galope para transformarse en fallido, la corrupción escandalosa parece no tener límites, cualquier ficción palidece ante el cuadro de nuestra realidad que retrata un paisaje pasado por la bruma de la impunidad.

El cinismo adquiere un tamaño superlativo, los desatinos de algunos exgobernadores y sus respectivos timos no tienen medida, los hallazgos de sus trapacerías aumentan exponencialmente, la irritación de una sociedad agobiada por los caciques de nuevo cuño también se incrementa, no se ha perdido la capacidad de indignación.

Javier Duarte y Guillermo Padrés son hermanados por la corrupción, dos gotas de agua sucia, ambos hicieron del gobierno un negocio mal habido, un modo deshonesto de vida para expoliar dinero público porque su ambición no tuvo límites. Los dos ya fueron expulsados de sus partidos aunque ello no resuelve nada, simplemente ya no tienen esa membresía.

G27011113. JPG XALAPA, Ver. El gobernador de la entidad, Javier Duarte, dio a conocer los lineamientos que deberán cumplir las dependencias de la administración estatal para lograr el ahorro de 6 mil millones de pesos durante su mandato; la mañana de este jueves en conferencia de prensa. RML. Foto: El Golfo Info/ Agencia EL UNIVERSALLos órganos del Estado mexicano son deficientes, parece que los ahora prófugos tuvieron el tiempo y circunstancias a modo para planear su escape, escurrir el bulto para dejar un par de historias tétricas.

Los órganos del Estado mexicano lucen una evidente atrofia, las carretadas de promesas no superan tal estatus, discursos sin sustancia.

Las promesas de combate a la corrupción son viejas aunque los escándalos nuevos, basta recordar al exmandatario Miguel de la Madrid Hurtado quien prometió castigar los excesos de la casta gobernante que le antecedió; inventaron, entonces, la llamada  “renovación moral” que parecía tener una inspiración en Robespierre, al final del día se trataba de fastidiar a sus enemigos del sexenio anterior porque de fondo no se lograron avances sustantivos.

En el tiempo presente el mandatario Enrique Peña Nieto parece no asombrarse ante los casos escandalosos citados, para él puede tratarse de un asunto cultural, infiero que el presidente los asume como una cuestión ordinaria.

Guillermo Padres

Javier Duarte, Padrés, Borge y los que se acumulen hicieron del escándalo su praxis cotidiana, se han despachado con la cuchara grande, saquearon sus respectivos estados, los dos primeros están en fuga, en tanto permea la impunidad porque no se les castiga.

La corrupción no es característica de un solo partido, a la clase política se le vincula, regularmente, con las prácticas ominosas apartadas de la ética, aún se recuerda a René Bejarano recibiendo fajos de billetes de parte de Carlos Ahumada y muchos casos más con olor a suciedad.

En los tiempos actuales, las ideologías parece que han sucumbido ante los embates pragmáticos que desnaturalizan los objetivos fundacionales de las organizaciones políticas porque, en todo caso, se busca el poder como sea, Nicolás Maquiavelo ya señala en su obra El Príncipe que cualquier vía resultaba conveniente para llegar. Finalmente el italiano decía que la política es una ciencia amoral.

A veces nos preguntamos si realmente hemos tocado fondo en nuestro país porque la corrupción, como problema estructural, parece gangrenar las instituciones públicas, se detectan casos escandalosos y luego llegan más expedientes con esa marca, uno tras otro como si fuese un asunto infinito.

Barajas