Por Norma Salazar

El desnudo en el arte ha sido motivo de diferentes posturas. Desde sus orígenes en el ámbito de la fotografía, como dice el artista visual Pascual Borzelli Iglesias “es solo mostrar la preciosidad del cuerpo humano, es más que un vínculo donde se manifiesta una modelo al romper sus miedos, fobias, obsesiones y abstracciones que tiene esa extraordinaria cartografía del cuerpo humano”.

Borzelli Iglesias, fotógrafo profesional, quien le gusta trabajar sus imágenes en blanco y negro —aunque también acude al color—, se da a la tarea de hacer un libro que retrata la espalda de algunas mujeres que él ha seleccionado. Sobre ello nace el volumen Espaldas, del que nos cuenta Borzelli:

 Pascual Borzelli Iglesias—Un amigo, también fotógrafo, Yuri Valecillo, venezolano, me regaló una cámara digital en el 2006, la primera que he tenido. Él me decía que preparaba un libro —Valecillo es un retratista de la ciudad, es un fotógrafo social, un fotógrafo callejero, capta los eventos sociales, me invita a pensar en un libro inmediatamente—, yo le comento que soy un retratista más de lo íntimo de la persona, más de la particularidad, que deseo hacer un libro de espaldas. Es así que acordamos los dos en hacer un volumen, cada quien en su propio campo. Por eso propongo una muestra de la riqueza de esta maravilla, que es el cuerpo humano, y surge de una forma espontánea durante el Encuentro de Poetas del Mundo Latino que se realizó en el 2015 en el estado de Aguascalientes. Por lo general, en los encuentros poéticos que acudo, monto un estudio en la habitación que tengo asignada y ahí comienzo a retratar a los escritores participantes que me permiten hacerlo.

Durante una de las sesiones se presentó una poeta y charlamos sobre su trabajo, entonces le pregunto si tenía un tatuaje en el cuerpo, afirma, e inmediato le propongo retratarla; entonces se desviste para mostrar el tatuaje. La siguiente persona para captarla en imagen era una poeta embarazada (segunda modelo) que conocí días anteriores en la Ciudad de México, ella había venido porque le entregaban un premio; acordamos que en Aguascalientes la invitaría a posar para mí pero para otro proyecto totalmente distinto al libro de Espaldas. La tercera persona para este libro es una señora de edad, ama de casa, que posa con su rebozo. Las dos primeras modelos tienen temores de parte de ellas mismas, lo reflejan, pero la tercera modelo tiene una gran confianza con su propio cuerpo.

—¿A propósito, qué tanto ha cambiado el pensamiento de la gente en este siglo XXI referente a tu tema fotográfico?

—Hoy, en inicio del siglo XXI, ha cambiado el pensamiento, sí, aunque con cierta resistencia; se han corregido paradigmas del hombre referente a la fotografía con temas de desnudos. Aprovecho, para ejemplo, una experiencia, tiene que ver con la discusión de una pareja de recién casados, ella con un embarazo de cinco meses con ganas de posar desnuda. La inquietud con el marido: él le decía que sí pero un sí que parecía un no, entonces yo intervine: “decídanse, si no quieren, vámonos, no hay problema conmigo”, y en ese momento los dos tomaron conciencia de la importancia de tener un registro de ese instante, el primer embarazo que vivían, es así que deciden posar.

Pascual Borzelli IglesiasEl mismo problema se tuvo en la Edad Media, en el Renacimiento, con los desnudos en las pinturas, y hoy algo se conserva en pleno siglo XXI. Hoy se puede mostrar socialmente el cuerpo en las redes sociales, nos presentan mujeres en mil formas desnudas, semidesnudas, con ropa mínima pero ante otra persona aparece el miedo, el tabú sigue, el pensamiento mágico de “¿qué van a pensar de mí?, ¡que me desnudo así como así para un libro!”.

—¿Qué otros problemas surgen mientras agrupas material para el libro?

—Mi problema era saber cuántas mujeres iba a retratar. Le dije a Yuri un posible número: alrededor de treinta y tantos retratos de mujeres, después cincuenta y dos, una por semana durante un año, por supuesto, algo trillado…, finalmente termino en sesenta.

—¿Por qué ese número de modelos?

—No tiene una razón específica, me concentré, primero, en algunas mujeres que conozco, otras que encontraba de forma casual y terminé con algunas desconocidas, que invitaba de botepronto un día y al siguiente día las retrataba.

—¿Espaldas fue un libro que se iba apoderando en tus proyectos tiempo atrás?

—El libro tiene un arranque totalmente irracional, sin pensarse como tal, y a lo largo de todo este tiempo —inicié en noviembre de 2015 y lo concluyo en junio 2016— invité a distintas mujeres para que se convirtieran en modelos para el libro; unas me dijeron de inmediato que sí, otras me dijeron que sí y luego se negaron, otras lo iban a pensar. Terminé por aprender que un “lo voy a pensar” es un no muy educado.

—¿Cómo fue la selección de tus modelos?

—La combinación: amas de casa, profesionales en distintos campos del quehacer, universitarias, estudiantes… El único criterio riguroso fue la mayoría de edad, por cualquier problema legal. Ahora no se puede retratar a menores de edad porque uno puede ser acusado de cualquier cosa.

—¿En este trayecto hubo alguna inconformidad con alguna modelo?

—Para el libro determiné que solamente publicaría a las personas que invitaba de forma directa, es decir, no tenía pensado excluir a alguien y esto se rompió porque la modelo cincuenta y cuatro se arrepintió. Me pidió mi material fotográfico para destruirlo, y ahora quiere demandarme. Yo soy un fotoperiodista, este libro surge del fotoperiodismo y me parecía que era improcedente esa situación, lo resolveremos en tribunales si es que tengo que entregar mi material fotográfico, lo haré ante un juzgado y que ellos tomen la determinación. Salvo esta persona —le surgió el temor del “que dirán” de su marido en un futuro, cuando tengan hijos—, ninguna otra ha planteado una situación de esta naturaleza.

Pascual Borzelli IglesiasEl libro lo inicié sin pensar en un problema jurídico, por ser un trabajo de expresión fotográfica, de libertad de expresión. Yo escribo con fotografía, todos los escritores que he retratado lo avalan, tú, por ejemplo, lo has expresado bien en un trabajo de mi trayectoria de más de dos décadas. La autorización es que si me dicen que sí, retrato, si me dicen que no, no retrato, y la palabra tiene —debería tener— el mismo valor que un contrato escrito, y, en este caso, las pruebas son las mismas fotografías, no necesito nada más. Sin embargo, ahora me recomiendan elabore el consentimiento por escrito. Aunque insisto, debemos volver a confiar en la Palabra.

—¿También hay mujeres de tu familia en el libro, verdad?

—Están en el libro casadas, solteras, amantes y, por supuesto, también de mi propia familia: participa mi hija, la madre de mi hija, mis sobrinas. Dentro de todas estas sesenta mujeres hay un universo de posibilidades que solamente el libro lo permite, y un solo problema que está en proceso de solución.

—¿Además de Espaldas, qué otros libros tienes?

—Tengo en Internet cuatro publicaciones, impresos solo dos libros de crónicas fotográficas: Alrededor de Cuauhtémoc Cárdenas y Alrededor el Primer día de Gobierno, y un libro que está en proceso que se titula El ritual de la lluvia de los hombres tigre, de una comunidad del estado de Guerrero.

Termino esta breve entrevista con la afirmación de que la fotografía para Pascual Borzelli Iglesias es más que una profesión, para él es una forma de vida que ejerce con profesionalismo y ética.