Políticos ignorantes lo ponen en duda
René Anaya
Los propios estadounidenses han dicho que Donald Trump será el presidente más ignorante y anticientífico que hayan tenido —y eso es mucho decir en un país que antepone lo utilitario a la investigación científica y tecnológica—, por lo que muchos proyectos podrían detenerse en los próximos años, como el viaje tripulado a Marte.
Lo más grave, quizá, podrá ser que los Acuerdos de París sobre el cambio climático no se lleven a la práctica por falta de financiamiento, ya que Estados Unidos se comprometió a aportar tres mil millones de dólares de aquí a 2020, de esa cuota sólo han entregado 500 mil dólares. Así, los cambios desastrosos del cambio climático continuarán.
La primavera adelantada
Al tiempo que se comienzan a sufrir transformaciones en la política económica, internacional y científica de Estados Unidos, el mundo también podrá sufrir más cambios de los que ahora ha tenido en su ecosistema, si Trump cumple su amenaza de “cancelar el acuerdo sobre el clima de París y frenar todo el pago de dinero de los impuestos de Estados Unidos a los programas de calentamiento global de Naciones Unidas”.
Por lo pronto, un grupo de científicos de universidades y centros de investigación de Estados Unidos, Australia, China, Bélgica, Reino Unido, Noruega, Italia, Sudáfrica, Canadá y Singapur, encabezados por Brett Scheffers, biólogo del Departamento de Vida Salvaje, Ecología y Conservación de la Universidad de Florida, recopilaron y analizaron la información que se ha publicado en años recientes sobre el impacto del cambio climático en vegetales y animales en los diferentes ecosistemas.
Scheffers y colegas publicaron el 11 de noviembre en la revista Science el artículo The Broad Footprint of Climate Change from Genes to Biomes to People (La amplia huella del cambio climático en genes, biomas y personas), en el que corroboran que animales y vegetales están modificando su hábitos, conductas y hasta sitios geográficos.
Tal vez uno de los primeros cambios documentados fue el de las estaciones, ya que desde hace tres décadas se ha observado que la primavera se ha adelantado, lo cual es más evidente más allá de los trópicos. En los bosques húmedos de Europa, en los árboles caducifolios (que pierden su follaje en invierno) se ha observado que los nuevos brotes de hojas se adelantan 3.4 días, en promedio, por cada grado que sube la temperatura.
Este adelanto causa que las hojas fijen más carbono, lo cual puede reducir los gases invernadero pero también desajusta las relaciones entre las especies, lo cual produce efectos en cadena en todos los sistemas que trastorna los biomas (área geográfica que comparte fauna, flora y condiciones climatológicas).
Los cambios de vegetales y animales
Los grandes árboles han empezado a desaparecer por el cambio climático. Las secuoyas rojas (Sequoia sempervirens) de la costa oeste de Estados Unidos, los fresnos de montaña (Eucalyptus regnans) de Australia y el palo de rosa de Filipinas (Petersianthus quadrialatus), que anteriormente alcanzaban más de cien metros, ahora los nuevos árboles que han crecido en las últimas décadas tienen un tamaño menor.
William F. Laurance, de la Universidad James Cook, ha advertido que esos árboles “almacenan grandes cantidades de carbono, liberan ingentes cantidades de humedad a la atmósfera, lo que ayuda a mantener la cubierta de nubes y las lluvias, son los supermercados del bosque donde hay flores, frutas y follaje para que los animales coman, tienen muchas oquedades que son el hogar de muchas especies… y la lista puede seguir”, por lo que es preocupante que estas especies estén deteniendo su crecimiento.
Entre los animales la situación no es diferente. De acuerdo con el informe Planeta Vivo 2016, de World Wildlife Fund y Zoological Society of London, entre 1970 y 2012 la población de vertebrados terrestres disminuyó 38 por ciento; en tanto que los vertebrados de agua dulce se redujeron 81 por ciento; y los vertebrados marinos disminuyeron 36 por ciento.
En el informe se plantea lo que ya está ocurriendo por el cambio climático: “Los efectos del cambio climático sobre las especies suelen ser indirectos. Los cambios en las temperaturas pueden crear confusión respecto a las señales que inauguran los fenómenos estacionales, como la migración y la reproducción, y desencadenarlos cuando no corresponde”.
Estos y otros datos que corroboran los efectos del cambio climático se han reunido en las últimas décadas para alertar a gobiernos, organismos no gubernamentales y ciudadanos del problema. Sin embargo, Donald Trump sigue creyendo que el calentamiento global es un cuento chino que sólo sirve para calentarles la cabeza a los investigadores, organismos no gubernamentales y gobiernos realmente preocupados por el futuro del planeta.
reneanaya2000@gmail.com
f/René Anaya Periodista Científico