Mar fantasma, de Pedro Ángel Palou

Alan Saint Martin

Pedro Ángel Palou (Puebla, 1966) escribe en el prólogo de su libro Mar fantasma. Cuatro novelas breves (Seix Barral, México, 2016): “La novela breve, ese género híbrido entre el cuento o el relato y la novela mínima, posee su propia forma, es un animal distinto”. Con esta idea parte su postura para establecer las reglas a seguir en los cuatro textos que conformarán el libro: Demasiadas vidas, El infierno es el cuerpo (Qliphoth), La Casa de la Magnolia y La profundidad de la piel. Y sí, uno podría preguntarse si nos encontramos ante un cuento largo o una novela corta y más si seguimos el Paseo por el cuento de Cortázar. Pero la situación aquí es que cada novela corta puede extraerse, leerse en distinto orden y cada una responde a distintas características, aunque tengan puntos similares que a continuación muestro:

Mar fantasmaDemasiadas vidas

Porque hay vivos, como yo, que no dejan morir a sus muertos

En esta primera novela entramos con el personaje de Horacio quien regresa a su ciudad natal y cuenta desde su punto de vista, sus emociones, su forma de pensar. La historia es intimista y su peso radica en eso. Versa sobre la incógnita constante del porqué de su partida, la relación con su padre y abuelo, así como el amor que sentía por Lucía mientras caminaba por el malecón, visita cafés y se instala con una antigua amistad en el faro.

Con el paso de la lectura, se encuentran similitudes y diferencias con Pedro Páramo: es una historia de vivos y muertos. Se puede contraponer el calor y lo árido en Rulfo frente al viento, la brisa y el mar en Palou.

La novela presenta descripciones cortas, concisas; el autor le da importancia a los diálogos y estos se vuelven potentes. Aunado a esto uno podría cuestionarse si la historia y la narración es atemporal, ya que no es clara la fecha en la que están narrándose las acciones, aunque se retome el mes de abril de 1976. Entonces, podría ser un viaje en el tiempo o que la ciudad está inmersa en una misma fecha y las acciones se repiten.

El infierno es el cuerpo (Qliphoth)

El deseo pocas veces es algo, siempre es más bien nada

 En esta segunda novela, el autor nos da un giro completo con la historia anterior, ahora vemos desde afuera la relación que tiene Andrés con Mónica y la obsesión por este de grabar con la escritura todos aquellos momentos que vivieron juntos. La relación entre ellos principalmente es sexual, desde que se conocieron en una fiesta hasta el final de la historia.

En esta ocasión es un narrador en tercera persona quien, literalmente, acompaña al lector para que observe las obsesiones que comienzan a crecer en Andrés.

La historia está dividida en dos partes: “A: Una temporada en el purgatorio”, que inmediatamente el título remembra a Rimbaud y “B: El fracaso de los cuerpos”. En la primera parte la sexualidad va in crescendo con el paso de los capítulos, o noches, en las que Andrés y Mónica tienen diversas sesiones, con distintas interacciones sexuales.

La novela está cargada de erotismo, de sensaciones físicas más que de sentimientos y lo portentoso de esto es que ninguna noche sexual es igual a la siguiente; no causa hartazgo y muestra escenas poco comunes en una relación heterosexual.

Pedro Pablo Palau

Pedro Ángel Palou

La Casa de la Magnolia

Porque aprendí que se puede morir varias veces la misma muerte

Al igual que en Demasiadas vidas esta tercera novela está narrada en primera persona, ahora desde la voz de una mujer de nombre Maia quien recuerda a una mujer, con quien trabajó y entabló una relación, Adriana Yorgatos quien es muy inteligente y hace constante referencia a autores griegos y latinos. Esta historia, a diferencia de las otras tres, está contada de manera circular, es decir, el principio del primer capítulo es idéntico al capítulo cuarenta y uno.

Aunque existen pocas referencias a relaciones sexuales entre Maia y Yorgatos, Palou se adentra sobre todo a los sentimientos que comienza a sentir Maia por Adriana para el desarrollo de la historia.

Las historias de Mar fantasma son distintas entre sí, sin embargo La Casa de la Magnolia junto con Demasiadas vidas tienen una cosa en común y esto es que Adriana toma café de Lamprus Kusulas, como Horacio al hablar sobre Lucía con Giorgios. Entonces, la duda está en que si Adriana y Maia viven en la misma ciudad que Horacio o es una casualidad que el café lleve el mismo nombre.

La profundidad de la piel

Hay cuerpos tensos como cuerdas en un fortissimocuerpos de marfil y ébano que necesitan afinación constante,  cuerpos de bronce que son impenetrables

Por último, Palou escribe una historia sobre la relación que tienen un músico y una pintora, nuevamente contada en primera persona. Lo peculiar aquí es que ninguno de los dos personajes tienen nombre y no se conoce muy bien en qué ciudad están, sólo que es de mucho frío y el lago está congelado.

De las cuatros novelas, en ésta la narración es más lenta y más intimista; están presentes descripciones extensas frente a diálogos cortos combinados con una carga profunda de sensualidad, porque la pintora cuenta al músico sobre un cuadro que está cubierto por un lienzo, el trasfondo de ello en su estadía en Kioto y las relaciones sexuales que mantuvo con su maestro y esto sigue perfectamente el simbolismo oriental en torno al sexo. También la historia de una princesa china que, cuya leyenda es retomada en Japón. O la referencia constante a los haikus, Li Po, Basho, entre otros y el juego con el capítulo final (cincuenta y uno), cuyos caracteres romanos son los mismos que el nombre de Li Po.

En esta historia las escenas sexuales son narradas a partir de la profesión de los personajes: el músico utiliza términos de acuerdo a su área, como los movimientos o la intensidad cuando tiene relaciones con la pintora y por otro lado, ella lo hace con matices y tonos cuando le platica al músico su experiencia en Oriente.

De la misma manera que el Libro de Cabecera, la adaptación fílmica de Peter Greenaway de la novela homónima de Sei Shonagon, la sutileza y las imágenes son lo que le dan fuerza a esta historia.

Mar fantasma sintetiza perfectamente los contrarios en las cuatro novelas cortas: memoria-olvido, silencio-sonido, oscuridad-luz, vida-muerte a través de distintas visiones del amor, la obsesión, el deseo, la pasión, los fantasmas que todos cargan, así como el desamparo y la necesidad de no perder más; el ir y venir constante, como al cerrar los ojos, sentir la brisa erizar nuestra piel y escuchar el oleaje del mar.