Computadoras, celulares y tabletas
También conocida como vista cansada, la presbicia es un defecto ocular que suele afectar a la mayoría de la población a partir de los 50 años como consecuencia del envejecimiento natural del ojo; sin embargo, en los últimos años se está percibiendo un mayor número de casos en población más joven, entre 38 y 39 años, como consecuencia de la excesiva exposición a pantallas de computadoras, tabletas y teléfonos móviles.
“Empezamos a diagnosticar presbicia limitante para el trabajo unos 10 años antes del promedio”, reveló el doctor Emilio Juárez del Instituto Oftalmológico Tres Torres (IOTT), España. El especialista agregó que es poco probable que la aparición precoz de este trastorno ocular pueda revertirse e incluso teme que cada vez aparezca a edades más tempranas si no se reduce el uso de esos dispositivos.
“Alrededor del 10 por ciento de todas la cirugías para corregir la presbicia se dan en este rango de edad, hace sólo cinco años solo representaban el 0.5 por ciento de estas intervenciones”, según este experto.
Aunque no se ha comprobado por completo que el uso de los dispositivos sea la causa directa, un factor común de los pacientes es que estaban más de tres horas al día, mirando la pantalla de un smartphone, tablet o la computadora. “Las pantallas de estos aparatos de manera progresiva deterioran el funcionamiento del cristalino”, añade Juárez.
El problema de estos pacientes más jóvenes es que el uso de lentes correctoras son poco eficaces, ya que el cristalino no está preparado para este deterioro precoz que ha sufrido y que causa rigidez y la calcificación fruto del exceso de uso. Porque una evolución progresiva de ese deterioro en las personas mayores de 50 años permite una adaptación progresiva a las gafas, pero una adaptación brusca a la pérdida de visión de cerca es difícil, y solucionarlo con anteojos no es fácil.

Los niños mexicanos son sedentarios
Durante la Cumbre Global de Boletas de Calificaciones 2016 realizada en Bangkok, Tailandia, un grupo de investigadores mexicanos presentó los resultados de la tercera Boleta de Calificaciones Mexicana sobre Actividad Física de Niños y Adolescentes. Ésta forma parte de un proyecto global, liderado por el doctor Mark Tremblay, director del Instituto de Investigación Healthy Active Living and Obesity, para medir el estado de la actividad física de los niños y jóvenes mediante nueve indicadores de los diferentes comportamientos (actividad física, comportamiento sedentario, participación deportiva, juego activo y transporte activo) y fuentes de influencia (familia, escuela, comunidad y ambiente construido y estrategias e inversiones) que contribuyen a la actividad física de esta población, utilizando un marco estandarizado de evaluación.
Los resultados mostraron que en México se están desaprovechando oportunidades para promover la actividad física y mejorar la salud en niños. Nuestras calificaciones son bajas para todos los indicadores. Los datos disponibles hasta ahora indican que la actividad física (calificación=6) y los comportamientos sedentarios (calificación=4) de niños y jóvenes mexicanos están por debajo de las respectivas recomendaciones. La participación deportiva (calificación=4), el uso de transporte activo (calificación=5) y el juego libre (calificación=3) están también por debajo de los niveles recomendados. Por otro lado, México no está proporcionando oportunidades adecuadas para la realización de actividad física en la escuela (calificación=3) y en la comunidad (calificación=4). A pesar de que el gobierno ha desarrollado programas nacionales, las inversiones para la promoción de actividad física son escasas, se desconoce a qué grado se han implementado y cuál ha sido el impacto que tienen en la actividad física (calificación=6). Las inversiones de organizaciones no gubernamentales han sido locales y escasas (calificación=2).
Los resultados completos de la Boleta se presentarán formalmente en México en febrero de 2017 durante el Congreso de los Hospitales Civiles de Guadalajara.
