La Presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, fue separada de su cargo, luego que la Asamblea Nacional en Seúl aprobó su destitución por su implicación en un escándalo de corrupción con una amiga apodada “la Rasputina sudcoreana. La Cámara baja aprobó por 234 votos a favor, 56 en contra, siete votos nulos y dos abstenciones en un proceso que duró más de una hora. A partir de este viernes, Park queda automáticamente suspendida en sus funciones, en tanto el Tribunal Constitucional dicte una sentencia sobre su moción de censura. El primer ministro, Hwang Kyo Ahn, la sustituirá de manera temporal.

Los partidos acusan a Park de haber incumplido la Constitución y otras leyes por este caso. Pero no sólo el sector político la ha puesto en jaque, también el pueblo mismo que ha realizado múltiples movilizaciones masivas y marchas que han congregado a millones de personas exigiendo su renuncia. Park asumió el poder en 2013. Todo parecía pintar bien para ella, pues era elogiada por su tenaz reacción contra las amenazas de su vecino Corea del Norte, desplegando a las fuerzas armadas sudcoreanas y estaodunidenses, cada vez que el régimen de Pyongyang realizaba pruebas balísticas. En octubre de 2016,se involucró en un escándalo de corrupción y tráfico de influencias con una mujer de 60 años de edad llamada Choi Soon-sil, quien además no tenía ningún cargo gubernamental. Choi aprovechó su estrecha amistad con la presidente para influir en miembros del ejecutivo, desviar 70 millones de dólares a sus organizaciones no lucrativas e impulsar la carrera profesional de su hija, quien es una experta en equitación.

Park conocía a esa mujer porque era la hija de Choi Tae-min, uno de los asesores del gobierno de Park Chung-hee, y que veló por ella tras el asesinato de su padre. Además de abrir una investigación, la justicia surcoreana ordenó entrar por primera vez a la Casa Azul en busca de pruebas. Park pidió disculpas y propuso a un nuevo primer ministro, Kim Byong-joon, de tendencia progresista. La acción no evitó el disgusto popular que se tradujo en manifestación públicas por su destitución y una baja considerable de su popularidad a menos del 5 por ciento en noviembre pasado.

Lo peor de todo, según analistas internacionales, fue que alguien ajeno al gobierno como Choi, haya tenido acceso a documentos clasificados y haya participado incluso en la redacción de discursos oficiales de la mandataria.

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