Si tomamos en cuenta todo lo que compuso John Lennon pasaríamos de la fase rítmica a la nostálgica y sobre todo a la crítica. El fue el único de los beatles que tuvo una posición radical como músico cuando los demás sólo se divertían haciendo música. Veamos sólo algunos de los momentos en que este rockero de corazón dejó plasmada su visión del mundo, sólo para darnos cuenta de que fue alguien a quien conmovió la injusticia que a diario vemos en el mundo.

Era 1963, la Cortina de Hierro tenía apenas dos años de vida separando a Alemania, el país donde los Beatles empezaron a demostrar el talento que perduraría por años. El grupo ya gozaba de la fama que les dio el haber tocado horas y horas en el Star club (que por cierto estaba cerrado en 2013 cuando tuve la oportunidad de ir a Hamburgo) y después en la Caverna de Liverpool, lugar de origen de los cuatro fabulosos. En una actuación realizada por el grupo en el Royal Variety de Londres, a Lennon se le ocurrió decir esta frase que resultó ser una crítica a la clase gobernante británica. El dijo:  “Para el último tema, me gustaría pedirles ayuda. La gente de los asientos más baratos puede aplaudir. El resto puede hacer sonar sus joyas”. ¿Saben qué? Lo dijo en frente de la reina madre Isabel Bowes-Lyon y de la cúpula inglesa. El mensaje era claro: no puedes ser rockero si no criticas a la sociedad de tu presente. Dos años después, recibió la condecoración de establishment británico, es decir, la medalla MBE al “Orden del Imperio Británico”, (misma que le devolvió a la Reina en 1969 en abierto rechazo a la intervención británica en Nigeria-Biafra, por apoyar a Estados Unidos en la guerra de Vietnam y por la censura a su canción “Cold Turkey” (¿Acaso no somos los pavos de aquellos que pueden comprarlos?).

En marzo de 1966, Lennon declaró: El cristianismo se desvanecerá y reducirá su tamaño. Somos más populares que Jesús ahora —no sé qué se irá primero, si el rock and roll o el cristianismo». Aparentemente, la declaración hecha en una entrevista por Maureen Cleve para el diario Evening standard no tuvo repercusiones, pero en Estados Unidos, Sudáfrica, España y, también en México, ocasionó la quema de sus discos y un boicot musical que duró muy poco. Lennon estaba diciendo la verdad: se refería a la hipocresía que había en el cristianismo debido a adeptos que no lo toman en serio y buscan la idolatría en otros lados. Poco después, en una canción conocida como la “Balada de John y Yoko hacía mención de las críticas que tuvo su matrimonio con la activista pacifista Yoko Ono. La mención cristiana aparece como un referente a las dificultades que pasó Jesús aduciendo que para cualquiera sería mejor crucificar a alguien que tratar de comprenderlo.

Christ! You know it ain’t easy
You know how hard it can be
The way things are going
They’re going to crucify me

Lo complementó diciendo: Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día. Esto lo dijo en una conferencia de prensa a la que citó estando en la cama con Yoko Ono. La cama, por supuesto, es el lugar donde se hace el amor y, por ende, la paz. El 8 de diciembre de 1980, este singular músico y líder de la banda más popular que la humanidad ha conocido hasta ahora, murió asesinado por un supuesto admirador suyo. Se han barajado versiones que dicen que el mismo FBI (Edgard Hoover) ordenó espiarlo por sus declaraciones contra la guerra de Vietnam y por decir en una canción que el poder debe tenerlo el pueblo (Power to the people).

También escribió dos libros que son In His Own Write y A Spaniard in the Works, sin por ello haber recibido el Premio Nobel de Literatura que un seudorockero, al que Lennon admiraba, aceptó tras unas semanas de haberlo pensado bien. Por todo ello, hoy algunos preferimos imaginar en lugar de ir como piedras rodantes.