El mundo sigue girando…
Mireille Roccatti
El día que el lector tenga en sus manos este número de nuestra querida revista Siempre!, habrá iniciado un nuevo año, el 2017, que como sucede cada vez, genera esperanzas y expectativas de cambios o rectificaciones y en ocasiones de ratificaciones.
Como es usual cada fin de año, hemos leído o escuchado el recuento, la trivia del año que concluye; tampoco podían faltar los augurios de adivinos, magos y dioseros, que anuncian catástrofes, muertes, terremotos y hasta adelantan resultados electorales.
Por nuestra parte, podríamos decir que a nivel internacional, los hechos más notables acaecidos en el ciclo anual que terminó fueron: la muerte de Fidel Castro y el triunfo del candidato republicano Trump, los que darán inicio a un nuevo equilibrio regional y mundial en las relaciones geopolíticas de consecuencias insospechables por las repercusiones de posibles conflictos bélicos, modificaciones de los flujos comerciales y sobre todo en los espacios que ocuparan China y Rusia, en el tablero mundial.
En el plano nacional, los sucesos más relevantes fueron —en mi opinión— la derrota del PRI en los comicios electorales de medio año en que perdió la mitad de las gubernaturas en disputa y el abrupto descenso en la popularidad del Ejecutivo federal por una diversidad de causas no todas imputables a él, pero que afectan su nivel de aceptación. Y tampoco puede obviarse la difícil situación por la atraviesa la economía nacional.
¿Qué nos espera el 2017? Por lo pronto, el 20 de enero a orillas del Potomac, se cumplirá el ritual de toma de posesión el nuevo presidente de los Estados Unidos y muy pronto habremos de conocer si cumple sus balandronadas de campaña. ¿Abandonará a sus aliados asiáticos? ¿Se retirará de la OTAN?
Estas decisiones serán claves para la construcción de nuevos equilibrios geopolíticos mundiales que deberán sustituir los construidos después de la Segunda Guerra Mundial. Y en Medio Oriente, se alineará en el esquema guerrerista militarista de Israel y botará los esfuerzos de construir la paz en la región perseguida por la diplomacia norteamericana los últimos 25 años, tanto por demócratas como por republicanos.
La muerte de Fidel Castro, concatenado con el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, abre espacios para romper el aislamiento en que los propios Estados Unidos se encuentran en la región por su empecinamiento en una política de perpetua agresión a la revolución cubana. Política esta que le costó muchas derrotas diplomáticas en las organizaciones multilaterales, como la ONU. La que por cierto, ya recibió ataques de Trump, antes de ascender al poder. Será cierto que al romper con el esquema de libre comercio, los Estados Unidos quebrará él mismo el esquema que construyó.
En México, al inmediato plazo, sufriremos las repercusiones de la nueva crisis económica global. Se encarecerá el crédito, subirán los precios de gasolinas y gas, con ello, los costos de producción y serán los consumidores los que pagarán finalmente el alza de precios. Al subir la inflación, podría generar una espiral que solo podría contenerse con medidas drásticas que afectan al grueso de la población. La anunciada reducción del gasto público y la proverbial mezquindad de nuestra iniciativa privada no permiten espacios de optimismo.
Las elecciones de gobernador en el Estado de México, Coahuila y Nayarit definirán el rumbo del 2018. Y pueden equivocarse —pese a todo— quienes adelantan los responsos del PRI. Las cosas no suceden hasta que pasan.
Lo que es una verdad de Perogrullo es que la Tierra seguirá sus movimientos de traslación y rotación. El tiempo seguirá su curso y escurriéndose entre nuestros dedos como arena. Hay que dar gracias a Dios por seguir vivos.