Entrevista con José Luis de la Cruz/Presidente IDIC
Irma Ortiz
Considerada por el gobierno mexicano e inversionistas extranjeros como un éxito rotundo, se calificó la licitación de la cuarta y última fase de la ronda Uno, mejor conocida como Ronda 1.4 en aguas profundas del Golfo de México, donde China se hace presente en los grandes negocios con México en la era Trump y donde los inversionistas le apostarían a una recuperación de los precios del petróleo y del gas natural, en un momento en que las empresas no quieren participar en la exploración por lo alto de los costos.
México otorgó ocho bloques separados de territorio en alta mar a diversas empresas como Total de Francia, China National Offshore Oil Corporation, Cnooc, British Petroleum, Statoil, Royal Dutch Shell, así como Exxon Mobil y Chevron de Estados Unidos.
También, en una subasta por separado, México por primera vez en 78 años de historia se asociará con la empresa australiana BHP Billiton para desarrollar el pozo Trion, negocio por lo que tuvo que pagar 624 millones de dólares para asociarse y donde, por cierto, el presidente de la empresa Steve Pastor habría señalado que “vamos a crear valor en México”.
El gobierno estima que se requieren más de 4 mil millones de dólares en inversión para desarrollar cada uno de los bloques otorgados; en el caso de las asociaciones o farm out con Petróleos Mexicanos, el gasto puede llegar a 11 mil millones de dólares en la vida del proyecto.
Lo cierto es que el éxito de la subasta significó una bocanada de aire para el gobierno mexicano, luego de las amenazantes declaraciones del presidente electo Donald Trump de concluir o renegociar el Tratado de Libre Comercio en favor de Estados Unidos, de la volatilidad financiera, el incremento en el precio del dólar.
Para los analistas, el resultado más importante es que se dan señales favorables sobre el futuro económico y productivo de nuestro país. Se calcula que la inversión será de más de 41 mil millones de dólares, de los que 18 por ciento correspondería a la asociación de Pemex con BHP BIlliton en el llamado Cinturón Plegado Perdido —campos de la frontera marina con Estados Unidos— y 56 por ciento en la Cuenca Salina —frente a las costas de Veracruz y Tabasco.
Sin embargo, el quid del tema es cómo se recibirá esta inversión en nuestro país, si se favorecerá la creación de empleos y si se reactivarán estados netamente petrolizados y que hoy sufren el abandono, el desempleo y el incremento de la violencia.
Siempre! platicó con el especialista José Luis de la Cruz, presidente del Instituto de Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico sobre el éxito de la licitación de la ronda 1.4.

José Luis de la Cruz
Es una licitación histórica, se habla de que vendrán inversiones por 41 mil millones de dólares pero entre 35 y 40 años…
En primera instancia, la parte positiva es que las licitaciones salieron con un beneficio económico para el gobierno superior a lo que esperaba; segundo, con eso se busca revertir la caída en la parte de extracción, de producción de petróleo, eso es muy importante y va a implicar cerca de medio millón de empleos más en el mediano y largo plazo.
El desafío va a estar en garantizar dos puntos: uno, que las inversiones que se están anunciando acaben privilegiando no nada más la generación de empleos sino también la proveeduría de empresas mexicanas; es decir, si estas inversiones llegan en forma de tuberías, de plataformas, que se hacen en el extranjero.
Si es así, el impacto económico en el país será más limitado. Es importante que esto esté acompañado de alguna forma con el fortalecimiento de las empresas y proveeduría mexicana.
En segundo lugar, que se tenga una transparencia en el manejo financiero para que las utilidades que se generen, de las cuales el gobierno obtenga alguna proporción, sean las que el gobierno está estimando, es decir, que los costos que las empresas reporten sean reales, y que eso garantice una rentabilidad tanto para las empresas privadas como para el gobierno mexicano.
El primer efecto para las finanzas públicas son los 600 millones de dólares por la licitación, y ya se verá después si la inversión es por proveeduría o cómo va a venir.
El beneficio económico directo es lo que se pagó o que se va a pagar en las próximas semanas por la adquisición, eso en el corto plazo, un recurso líquido que entrará al gobierno, y que es un primer impacto positivo.
Lo segundo, los ingresos que son en realidad los más importantes dependen de las utilidades de las empresas y, en ese sentido, en los primeros años esas utilidades no van a existir, porque serán inversiones, serán costos en los que incurrirán estas empresas y que, en un momento dado, estos ingresos adicionales se cristalizarán en un plazo de entre 3 y 5 años, que es cuando empieza a funcionar realmente un proyecto de este tipo.
¿Qué tanto ayudará a Pemex que hoy está en franca decadencia?
Digamos que en la parte en que tiene sociedad en la que se asoció — con la empresa australiana—, ahí es donde existirá el beneficio para Petróleos Mexicanos; en las otras, en la adjudicación fue para empresas privadas, es decir, ahí Pemex no tiene injerencia ni tampoco beneficios. Solo en esta parte en que se asoció es donde Pemex hará también inversiones y obtendrá beneficios de la explotación de ese bloque que se le adjudicó.
¿Cuál es el prestigio de HPB Billiton y el manejo que ha tenido?
En términos generales, comparado con las grandes empresas petroleras del mundo como Exxon, Shell, British Petroleum, no tiene esa magnitud, es una empresa no tan grande pero cuenta en este momento con capital financiero y la capacidad de adquisición de la tecnología para iniciar esta exploración y explotación de las aguas profundas del Golfo de México que le fueron adjudicadas.
¿Qué hay de la reactivación de la economía de estados petrolizados que hoy sufren la decadencia de Pemex, sitios otrora productivos que hoy parecen pueblos fantasma, porque crecieron alrededor de la economía de la paraestatal? ¿Cómo replantear su reactivación?
Habrá que ser muy cuidadoso en cómo se elabora una estrategia de política económica que implique que exista una derrama hacia estos estados; justamente durante las décadas previas, al haberse concentrado nada más en la extracción de petróleo, solo se generaron beneficios en ese momento, que hoy ya desaparecieron.
El desafío es nuevamente con esta reactivación de la explotación que se dará en algunos de estos estados; se puede garantizar construir un nuevo perfil productivo para los mismos e ir más allá del petróleo, es decir, que vaya a la industria, a la agroindustria, hacia los servicios y que les permita primero revertir esta pérdida económica y de bienestar que han tenido estos estados y, por otro lado, construirle nuevas capacidades que no nada más estén vinculadas con el sector energético.
Es parte de un proyecto que tiene que realizarse en estas entidades para que los beneficios de esta extracción también lleguen hacia el desarrollo productivo y económico de estos estados, y ahí el gran aspecto a resolver es cómo en la actividad de empresas privadas extranjeras puedan quedarse esas rentabilidades dentro de México y particularmente en esos estados para que ayuden a su crecimiento.
En esta ronda se otorgaron dos bloques a una compañía china, ¿cómo se va a dar esta relación comercial?
La empresa china es la que ganó esa concesión, se le adjudicaron esos lotes y su explotación será netamente el de una empresa privada extranjera, que tendrá que pagar las regalías hacia el gobierno mexicano, pero que toda la dirección y toda la estrategia recae en ellos, es decir, es una empresa privada a la que se le adjudicó esta parte petrolera, y toda su administración y su manejo técnico recaerá netamente en el manejo de los chinos.
Frente al efecto Trump y el éxito de las licitaciones ¿servirá entonces para que haya una mayor diversificación en el sector?
Es un hecho, pero prácticamente el 70, 75 por ciento de lo que se licitó quedó en manos de empresas asiáticas o europeas, lo cual no es malo, es parte de una diversificación que se da en un sector de reciente apertura. Eso es positivo porque genera competencia y una menor dependencia en un sector energético que es muy atractivo para cualquier empresa privada invertir ahí, y que en un momento dado se corría el riesgo de que quedara en unas solas manos.
Como especialista, cuál debe ser el manejo en materia económica, comercial frente al proteccionismo que enarbola como bandera Donald Trump.
Lo primero es reconocer que las cosas han cambiado, que Estados Unidos está tratando de diseñar una agenda comercial, una agenda vinculada con el libre comercio o una agenda que busca recapturar la producción y el empleo, las manufacturas en particular.
México tiene que cambiar su estrategia de pasar de algo que se quede solo en lo comercial, que trate nada más de defender lo comercial, a entender que debe fortalecer su capacidad productiva, ese es el primer elemento. En realidad es un cambio de paradigma lo que está ocurriendo y está cambiando las relaciones económicas en el mundo.
Dos, tiene que ver hacia delante, durante 30 años olvidamos el fortalecimiento de la producción, del mercado interno y todo lo apostamos a la apertura económica. Lo que implica es que debemos volver a ver cómo fortalecemos nuestro mercado interno.
Tres, evidentemente, diversificar nuestros vínculos con el exterior pero sin perder de vista que por la cercanía geográfica, por lo ya establecido con Estados Unidos, va a seguir representando una economía que influye fuertemente en nuestro país.
Tenemos que buscar planteamientos alternativos que mantengan en los mejores términos posibles nuestra relación con Estados Unidos, en donde al mismo tiempo desarrollamos nuestra capacidad interna y los nuevos vínculos con otras naciones.
El sector energético es una parte importante porque mucho del desarrollo industrial de Pemex depende de la parte energética. Sin embargo, la mayor parte del desarrollo radica en la industria y en el sector primario, el campo, en la parte minera y en la parte de servicios. Es muy relevante pero es importante que esto llegue a los sectores que tienen mayor peso en la economía, que están en la industria y en los servicios.