Durante su campaña electoral, Donald Trump fue señalado por su admiración al presidente ruso Vladimir Putin. Pero no sólo él, también Francois Fillon se ha mostrado como un abierto rusófilo que contiende por la candidatura de Los Republicanos a la presidencia de Francia. Fillon ya superó a su más cercano rival, Alain Juppé, a quien derrotó con casi el 70 por ciento de los votos en la segunda vuelta de las primarias. Ahora se le ve como el hombre que puede darle la vuelta a Marine Le Pen, candidata de la ultraderecha. En ambos casos, el factor común parece ser Rusia.

Fillon piensa que una nueva Europa tiene que seguir adelante, pero incluyendo a Rusia. Su posición contrasta con lo que ha sido la Unión Europea bajo el liderazgo de Alemania, que durante décadas ha identificado a Moscú más como un enemigo que como un aliado. Sucede ahora que Fillon está tratando de cambiar esa forma de pensar en favor de una política europea de apoyo a Vladimir Putin, en lugar de confrontarlo, como lo ha estado haciendo el bloque europeo hasta ahora.

Este ex primer ministro durante la administración de Nicolas Sarkozy propone levantar las sanciones contra Rusia y aliarse con Moscú para reducir la inmigración y el terrorismo. Esta situación supone otro duro golpe a la Unión Europea, tal y como sucedió con el Brexit. Según el politólogo James Goldgeier, este Francexit “presagia un cambio dramático en la unidad occidental frente a Rusia y considera que todo apunta a un mayor acomodamiento de la noción que tienen los rusos de su esfera privilegiada de influencia”. Por su parte, el analista francés Benjamin Haddad indicó que “la extrema derecha europea está haciendo esfuerzos para asociarse con Putin. En toda Europa, el putinismo ha surgido como una alternativa ideológica al globalismo, a la UE, etc.”, con el mandatario ruso visto como “un bastión de los valores conservadores, un hombre fuerte que está en contra del matrimonio gay, la inmigración, el Islam”.

Sólo para que lo recuerden: Trump prometió intensificar las negociaciones con Rusia en la lucha contra el terrorismo y sobre todo contra el Estado Islámico. También busca disminuir el papel estadounidense en la OTAN, que ha amenazado constantemente las fronteras rusas e incluso hay quienes prevén la creación de un nuevo eje estratégico Moscú-Washington, sencillamente las dos superpotencias del planeta. Para los demócratas, todo esto era impensable.

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