Gerardo Yong

El conflicto armado en Siria lleva más de cinco años y ha generado la mayor crisis humanitaria de nuestros días. Para el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) hace falta encontrar una solución política que sea duradera y sostenible.

En entrevista con Siempre!, Valerie Petitpierre, coordinadora de Operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja en Siria, comentó la situación actual, así como los desafíos a los que se ha enfrentado este organismo internacional para lograr su cometido de aliviar las presiones sobre la población civil atrapada entre el fuego de los dos bandos beligerantes, sin más ayuda que la que puedan recibir de los voluntarios humanitarios.

¿Cómo considera el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el conflicto de Siria en comparación con otros en los que ha intervenido?

Este año más de 13,5 millones de personas las que necesitaban ayuda humanitaria de emergencia, entre ellos cinco millones de niños que no han conocido más que la guerra.

En muchos lugares del país la vida diaria se caracteriza por el temor y la incertidumbre. Bombas y morteros golpean de forma indiscriminada. Viviendas, escuelas y hospitales fueron dañados o completamente destruidos. Tenemos más de 6 millones de personas desplazadas por el país, en muchos casos en más de una ocasión.

Además, Siria es el escenario de uno de los conflictos armados más peligrosos para los trabajadores humanitarios a nivel mundial. Durante los últimos casi seis años, 55 voluntarios y empleados de la Media Luna Roja Árabe Siria (SARC) perdieron la vida en el cumplimiento de su labor. El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja piden a todas las partes en el conflicto que respeten las normas del derecho internacional humanitario, incluidas las que confieren protección a los trabajadores humanitarios.

Alepo¿Cuáles han sido los principales retos que ha implicado la crisis siria en general?

Son varios: por un lado tenemos los desplazamientos forzados de miles de personas. Se estima que una de cada dos personas en Siria ha quedado desplazada de su hogar desde que comenzó el conflicto, al menos una vez o en varias ocasiones, dentro del país pero también fuera de sus fronteras.

La situación es particularmente grave en Alepo, donde ha estado empeorando desde fines de octubre. Se cree que alrededor de 40,000 a 50,000 personas huyeron entre noviembre y diciembre de 2016 desde la zona oriental a la occidental de la ciudad, en busca de lugares seguros. En esa ciudad, como en otras, cuanto más se prolonguen los combates, más personas se verán necesitadas a huir en cualquier dirección.

Por otro lado está el respeto al derecho internacional humanitario que abarca a todas las partes en conflicto. Ha habido situaciones muy complicadas para el CICR y otros actores humanitarios implicados en la respuesta a las necesidades de la población. El 19 de septiembre, por ejemplo, un convoy con ayuda humanitaria fue atacado en Orem Al Kubra (Gran Orem), en Alepo rural. Unos veinte civiles y un empleado de la Media Luna Roja Árabe Siria resultaron muertos, mientras descargaban camiones que llevaban ayuda humanitaria vital. Actos como ese son violaciones flagrantes al derecho internacional humanitario que consideramos totalmente inaceptables.

Atención y tránsito seguro

Un tercer reto tiene que ver con la atención a las necesidades básicas de las personas que sufren las consecuencias del conflicto en carne propia. Algunos de ellos han sido evacuados con el apoyo de la Cruz Roja Siria. Hemos estado trabajando en que sus necesidades perentorias sean atendidas. Familias enteras han escapado del caos de los combates, con frecuencia con muy pocas pertenencias o sin nada. A estas personas se les debe garantizar un tránsito seguro así como la cobertura de necesidades básicas como las de alimentación, alojamiento, acceso a agua potable y a cuidados médicos.

Igualmente, para el CICR y otras organizaciones humanitarias es esencial acceder a las comunidades afectadas por la violencia dondequiera que estén, con regularidad, para poder evaluar y responder con prontitud a sus necesidades humanitarias. Una prioridad clave para el CICR es poder llegar y prestar asistencia a comunidades en zonas que hayan sido golpeadas con mayor crudeza por la violencia, tales como zonas sitiadas o áreas de complicado acceso en el país por su cercanía con la línea de combate.

-Se afirma que la evacuación de la población de Alepo es el mayor operativo humanitario en la historia de la humanidad, ¿ustedes cómo la califican y por qué?

En agosto pasado el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, describió la situación en la ciudad siria de Alepo como uno de los conflictos más devastadores de nuestro tiempo. Los enfrentamientos habían dejado entonces como saldo centenares de muertos e incontables heridos. Los servicios públicos habían colapsado y decenas de miles de personas habían quedado atrapadas en la ciudad y sin recibir ayuda.

La situación ha estado empeorando tanto en la ciudad como en las zonas rurales que la rodean desde octubre. Los combates en Masaken Hanano, Jabal Jabro y Sakhour, en el este de Alepo, han causado una nueva ola de desplazamientos de personas hacia la zona occidental de la ciudad. Nosotros mismos, como CICR, no habíamos podido acceder a Alepo oriental, a las zonas controladas por la oposición, desde abril, pese a numerosos intentos. Ha habido jornadas funestas, como el 8 de diciembre, cuando en un solo día unas 11,000 personas, entre ellas 4,000 niños, partieron de Alepo oriental a la zona occidental de la urbe.

AlepoClima de adversidad

Por otro lado el pasado 22 de diciembre la operación destinada a evacuar a los civiles y combatientes de Alepo oriental finalizó, después de una semana de reiteradas interrupciones en condiciones climáticas cada vez más extremas. Unas 35,000 personas fueron evacuadas de barrios devastados por la violencia a las zonas rurales vecinas por personal de la Media Luna Roja Árabe Siria y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Los evacuados eran personas que durante meses trataron de conseguir seguridad, comida, asistencia médica o un alojamiento apropiado. Entre ellos había un centenar de pacientes gravemente heridos o enfermos.

En suma, unas 40,000 personas, entre ellas muchas familias, han tenido que huir de las zonas sur y sudoeste de Alepo debido a los combates, la mayoría de ellos durante el pasado verano y noviembre. Esto, junto con la gente que huyó de la zona oriental de Alepo en fechas más recientes, ha elevado el total de personas desplazadas en esa ciudad hasta un estimado de casi 80,000 a 90,000.

Algunas de estas personas viven en refugios colectivos, en zonas abiertas, o han sido acogidos en hogares que estaban ya sobrecargados. Muchos de ellos han sido desplazados ya por segunda o tercera vez.

-¿Cuál sería la prospectiva que el organismo prevé tras la liberación de Alepo?

En el corto plazo, hay que apoyar a miles de personas desplazadas, así como a aquellas familias que decidan regresar a sus hogares, muchos de los cuales pueden haber quedado dañados o destruidos. A estas personas se les debe asegurar de manera prioritaria servicios básicos como los de agua, electricidad y salud para que puedan funcionar de nuevo, y también ayudarles a restablecer el contacto con sus seres queridos. Sin embargo, las necesidades de seguro rebasan la capacidad de acción de una única organización.

Reconstrucción a la vista

A más largo plazo, todas las partes en conflicto en Siria deberían estar pensando ya en cómo reconstruir el país una vez termine la guerra. Desde luego, independientemente de que los civiles permanezcan en Alepo o de que se marchen de esa ciudad, se les deben garantizar medidas de protección y deben evitarse los ataques indiscriminados contra ellos. Estas personas han sufrido muchísimo y tenemos que hacer todo lo posible para salvar sus vidas. Mientras esto sucede el CICR está dispuesto a facilitar las evacuaciones siguiendo nuestro mandato humanitario y nuestro papel de intermediario neutral en los conflictos armados. Pero necesitamos que todas las partes sobre el terreno den sólidas garantías por lo que respecta a la seguridad y el paso para poder reanudar las operaciones. No podemos abandonar a todas estas personas.

*RESPUESTAS VÍA DIGITAL PARA EL SEMANARIO MEXICANO SIEMPRE! a la atención de Gerardo Yong Siempre!


Hacia el escudo humanitario

La resolución, la protección a la asistencia de salud

En las crisis, guerra y conflictos internacionales, los voluntarios médicos, paramédicos y trabajadores humanitarios son el principal blanco de los bandos combatientes. Es por ello que se requiere de una resolución avalada por el Consejo de Seguridad de la ONU que haga efectiva la protección a la asistencia de salud. Para ello, organizaciones como la CICR, Media Luna Roja, Médicos Sin Fronteras y otros, proponen que la resolución contemple lo siguiente:

  • Transmitir un mensaje político contundente acerca de la necesidad de proteger la asistencia de salud.
  • Instar a los Estados y a todas las partes en conflictos armados a que adopten medidas eficaces para prevenir la violencia contra el personal, las instalaciones y los medios de transporte sanitarios.
  • La protección jurídica de los pacientes, el personal, las instalaciones y los medios de transporte sanitarios a nivel nacional debe afirmar sin ambigüedades la inviolabilidad de la asistencia de salud en tiempo de conflicto, aun cuando se considere que los pacientes o el personal de salud son el “enemigo”.
  • Las fuerzas armadas y todas las partes en conflicto deben adoptar medidas prácticas para la protección de los heridos y los enfermos, así como de todos los que realicen labores médicas. Se debe reconocer que, cuando se cometen ataques contra instalaciones y personal de salud, es preciso realizar investigaciones exhaustivas, inmediatas, imparciales e independientes para determinar lo ocurrido.
  • El factor que sustenta todas esas medidas debe ser la aceptación de que siempre prevalecen las necesidades médicas de las personas.
  • El personal médico está presente en zonas de conflicto para atender a los heridos y los enfermos, en función de las necesidades. Y solo de las necesidades.
  • La resolución de la ONU ofrece una oportunidad. Una oportunidad de trazar una línea en la arena y evitar ataques como el que tuvo lugar en Alepo recientemente. Los Estados tienen la responsabilidad moral y jurídica de actuar y proteger a las personas atrapadas en conflictos armados. Y el momento de actuar es ahora.

*Con información proporcionada por el CICR en la Ciudad de México.

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