Gasolinazo
Carlos Alberto Pérez Cuevas
Quien no castiga el mal, ordena que se haga. Leonardo da Vinci
“Mal inicia la semana a quien ahorcan en lunes”, así reza el dicho popular que bien acomoda para este inicio de año que formalmente para algunas actividades laborales empezó el lunes pasado y ya se habían consumido las primeras veinticuatro horas del primer día de 2017.
Y este dicho aplica porque no solo comenzó el tormentoso mes de enero y su pesada cuesta, que debe sumar a las deudas de muchos, los regalos de los Reyes Magos para los pequeñines y el gasto de la tradicional Rosca que harán muchos.
En fin, que además de gastos y deudas tendrán que cargar con todos los problemas nacionales y a ellos sumemos la amenaza que ya es una realidad: el aumento en los precios de los combustibles, el llamado popularmente gasolinazo que consiste en un aumento integral al precio de la gasolina, que en medio de múltiples confusiones se han generado un sin fin de posturas, las menos a favor y la mayoría en contra.
Inclusive en algunos casos, los ánimos se desbordaron, lo que fue aprovechado por algunos vándalos para hacer desmanes y saquear algunos centros comerciales, incendiar llantas y cerrar estaciones de servicio. Otros ciudadanos cerraron vialidades y carreteras. El descontento ha ido creciendo.
Algunas de las confusiones a que me refiero consisten en las teorías sobre las que supuestamente se dio vida al gasolinazo. Muchos han hablado que se debe a la liberalización de los precios de los combustibles producto de la reforma constitucional en materia energética. Y en parte tienen razón, la liberalización de los precios consistente en que se busque que haya nuevos proveedores y esto genere competencia y rompa el monopolio nacional de Pemex. Hasta aquí todo está muy bien y sería una oportunidad para que se pague lo justo por la gasolina, inclusive valorando los precios internacionales.
Pero no es esta acción la que ha determinado ni fijado el precio de la gasolina, que según los expertos debe venderse en alrededor de diez pesos por litro y no en 16; es decir, que existen seis pesos por encima de su precio y estos son impuestos. La causante de este sobreimpuesto —IVA más IEPS— es la reforma fiscal propuesta por el Ejecutivo federal y aprobada en el Congreso para lograr una recaudación mayor.
El grave problema del gasolinazo tiene solución inmediata y solo requiere de una decisión del Poder Ejecutivo para apretarse de verdad el cinturón y proponer al Congreso la reforma que modifique la propuesta fiscal de este año. La liberalización de los precios es buena y ayuda a los usuarios.
El sobreimpuesto a la gasolina no es bueno y ni ayuda, porque el gobierno no define con claridad cómo usará esos recursos. Además de que seguimos viendo un sin fin de actos de dispendio y manejo discrecional de los dineros públicos en beneficio de pocos con un daño generalizado.
Por ello digamos no al gasolinazo.
@perezcuevasmx
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