En pleno festejo del paso de año nuevo, un individuo vestido de “Santa Claus” disparó contra una muchedumbre en un discoteque de Estambul, la capital de Turquía. Este lunes, el autodenominado Estado Islámico se atribuyó el atentado, que dejó al menos 39 personas muertas. El Daesh lo calificó como un ataque realizado por un “soldado heroico”.

La policía turca informó que a menos 15 extranjeros están entre las víctimas, incluidos una israelí, un belga, un tunecino y dos libaneses. Según las investigaciones realizadas al momento, se sabe que el sujeto llegó en taxi y se dirigió apresuradamente hacia la entrada del club armado. El atacante comenzó a disparar indiscriminadamente, primero contra un guardia de seguridad y un agente de viajes que estaban cerca de la entrada; los cuales murieron al momento. Luego penetró al recinto y siguió disparando en un ataque que duró al menos siete minutos. Posteriormente el hombre se quitó el abrigo y huyó en medio de la escena de caos.

El presidente Erdogan condenó el ataque terrorista y prometió ser implacable con los autores.

Las autoridades turcas han confirmado la detención de ocho personas por sus posibles vínculos con el ataque, aunque el principal sospechoso sigue prófugo. El Ministerio del Interior detalló el arresto en una semana de 147 personas vinculadas al Estado Islámico.

Se cree que el atacante pueda ser ciudadano de Uzbequistán o Kirguistán.

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