Si se pensaba que Reino Unido tenía fáciles las cosas para salirse de la Unión Europea, habrá que repensarlo seriamente. Este martes, el Tribunal Supremo Británico falló en favor de que sea el Parlamento el dé la última palabra para determinar la manera de negociar la salida del bloque europeo. Con ello, la energía de la primera ministra Theresa May quedó frenada, al menos por el momento.

Ocho de los once magistrados que integran esa instancia judicial aprobaron que sean los diputados no sólo los que negocien el abandono inglés al bloque europeo, también la posibilidad de enmendar y hasta de obstruir los planes de May, cuyo objetivo era lograr un Brexit rápido y decisivo.

Gina Miller y Deir dos Santos

Un equipo integrado por la activista y empresaria Gina Miller, de 51 años, y Deir dos Santos, un peluquero de 37, logró lo que se antojaba imposible: que el proceso de la salida británica sea sometido a la voluntad del Parlamento. Apoyados por donantes vía internet, interpusieron una demanda que concluyó finalmente con el fallo que obliga a someter el Brexit a un debate con los legisladores. A esta medida también se ha sumado el gobierno autónomo escocés, que también defiende la misma postura de que sea el parlamento el que apruebe finalmente la retirada británica.

 

El Tribunal Supremo basó su decisión en que sólo el Parlamento es la instancia soberana para cambiar una ley. De esta manera, May recibió duro golpe al quedarse sin la oportunidad de invocar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que estipula un plazo de dos años para abandonar el bloque europeo; un proceso que esperaba iniciar en marzo próximo. Sin embargo, los analistas suponen que esta acción sólo buscará complicar el proceso, pues según May, la retirada británica será una realidad pese a todo.

 

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