Concluyen estudios de dos universidades japonesas

René Anaya

Aparte de los viajes fantásticos que se han realizado al centro de la Tierra, como el de Julio Verne, y de la creencia charlatanesca de que la Tierra es hueca y en su interior viven seres misteriosos, el núcleo terrestre permanece como una gran incógnita para los geólogos.

En los últimos años se ha avanzado en el conocimiento de las entrañas de la Tierra, gracias al empeño y dedicación de científicos que confían en que la mejor comprensión del interior terrestre contribuirá a explicar tanto fenómenos geológicos como biológicos, es decir, la presencia de vida en el planeta.

 

Una profunda incógnita

Ahora se sabe que el centro de la Tierra está a seis mil kilómetros de nuestros pies, en promedio, y que el inicio del núcleo, es decir, su capa externa se encuentra a tres mil kilómetros. Esta distancia es enorme, pero puede dar una mejor idea de ese gran tramo saber que la perforación más profunda que ha hecho el ser humano en la Tierra es el Pozo Superprofundo de la península de Kola, en Rusia, que alcanza únicamente 12 mil 262 metros de profundidad.

Lo que actualmente se conoce del núcleo terrestre es debido a cálculos matemáticos, físicos y químicos. Se estima que la Tierra tiene una masa de seis mil trillones de toneladas, es decir, un seis seguido de 24 ceros, pero “la densidad del material en la superficie de la Tierra es mucho menor que la densidad promedio de toda la Tierra, así que eso nos dice que hay algo mucho más denso”, ha señalado Simon Redfern, profesor de mineralogía física de la Universidad de Cambridge.

Estos cálculos llevan a suponer que la mayor parte de la masa terrestre está en el centro del planeta o núcleo, en el cual el hierro representa 85 por ciento, el níquel 10 por ciento y el cinco por ciento restante es una incógnita que científicos japoneses parecen haber resuelto.

Se supone que las elevadas proporciones de hierro en el núcleo terrestre se explican porque este metal es uno de los diez elementos más comunes en la Vía Láctea, tanto así que en la mayoría de los meteoritos estudiados se encuentra hierro en su composición. Como en la superficie de la Tierra no es muy abundante este elemento, se ha planteado que cuando nuestro planeta se formó hace 4 mil 500 millones de años, la mayoría del hierro se fue metiendo a presión entre las rocas hasta alcanzar el centro de la Tierra.

Eiji Ohtani encabezó el grupo de investigadores de las universidades de Tohoku y Hyogo.

Ahora se sabe que el núcleo se divide en dos capas: la externa y la interna. Esta última —prácticamente el centro de la Tierra— está compuesta por elementos en estado sólido, como lo demostró la sismóloga danesa Inge Lehman en 1936, lo cual fue corroborado en la década de 1970.

La parte externa del núcleo se encuentra en estado líquido, según se comprobó en el terremoto del 22 de mayo de 1960, en Valdivia, Chile, de 9.5 grados escala Richter, pues las ondas sísmicas no llegaron al lado opuesto del planeta, porque se toparon con material en estado líquido, como las ondas sísmicas se propagan únicamente en material sólido, se concluyó que las rocas se vuelven líquidas a tres mil kilómetros de profundidad.

 

El tercer elemento del núcleo

Con esos conocimientos previos, Eiji Ohtani y un grupo de investigadores de las universidades japonesas Tohoku y de Hyogo, realizaron un experimento en búsqueda del tercer elemento del núcleo terrestre. Sus resultados los dieron a conocer el 13 de diciembre pasado en la reunión de la Unión Geofísica Estadounidense, que se celebró en San Francisco, California, del 12 al 16 de diciembre.

El equipo creó una aleación de hierro y níquel mezclada con silicio, que sometieron a las presiones y temperaturas semejantes a las que se encuentran en el centro de la Tierra. Ohtani y colaboradores descubrieron que el comportamiento de las ondas sísmicas es igual al que tienen en el núcleo terrestre, por lo que consideraron que probablemente el silicio sea el tercer elemento del núcleo terrestre.

El silicio es el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre, superado únicamente por el oxígeno, por lo que Ohtani y su equipo no descartan que el 5 por ciento aún no identificado del núcleo terrestre esté compuesto por silicio y oxígeno. Por esta razón, los investigadores plantearon que son necesarios otros estudios para confirmar sus resultados.

La mejor comprensión del comportamiento del núcleo terrestre podrá confirmar que el estado líquido de una porción de esta región de las entrañas terrestres contribuyó a que surgiera la vida, ya que el hierro líquido genera un campo magnético que se extiende hasta el espacio, donde nos protege de las radiaciones solares dañinas.

Reneanaya2000@gmail.com

F/René Anaya Periodista Científico