Tras siete meses de batalla legal, Diego Cruz fue entregado por autoridades españolas para que enfrente, en Veracruz, la orden de aprehensión en su contra por su probable responsabilidad en el delito de pederastia tumultuaria, con lo que culmina su extradición a México.

De esta manera se convierte en el segundo detenido de uno de los casos más polémicos y que ha consternado a la sociedad mexicana desde abril del año pasado.

El joven de 21 años, que presuntamente era integrante de los llamados “Porkys” de la Costa de Oro -hijos de las familias adineradas de Veracruz– fue entregado por agentes de la Policía Nacional española a elementos de la Agencia de Investigación Criminal adscrita a la Interpol-México en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para luego ser trasladado a Veracruz y ser recluido en el Centro de Reclusión conocido como “El Penalito”.

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El caso Daphne

En abril pasado, lo que pudo haber sido sólo un suceso local se convirtió en uno de los casos más sonados a nivel nacional. Ante la falta de respuestas de por parte de la autoridad, el padre de la menor Daphne Fernández –joven veracruzana que tras salir de fiesta fue violada por cuatro jóvenes ex-alumnos del colegio católico de la localidad– a través de una carta dio a conocer los hechos ocurridos desde el 2 de enero de 2015.

Los responsables eran Enrique Captaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Rodríguez Acosta, hijos de empresarios del estado que pertenecen al club Rotario de Veracruz, fueron bautizados como los Porkys de la Costa Oro por el parecido del caso de los Porkys de Xalapa que fue muy sonado a finales de los años noventa.

Tras salir de una discoteca, los Porkys se subieron a un coche, propiedad del padre de uno de ellos, y obligaron a la víctima a acompañarles. Según el relato de la víctima, en la parte trasera del vehículo, Cruz y otro amigo, Jorge Cotaita, abusaron de ella. Al llegar a la casa de Capitaine, hijo de un ex alcalde veracruzano, la chica fue violada.

Diego Cruz quien había huido del país escudándose en su doble nacionalidad –española y mexicana–, es el segundo detenido de los de los cuatro implicados en el caso contra la menor por el que podría purgar una sentencia de entre 12 y 40 años de cárcel. Enrique Capitaine fue el primero en ser capturado en mayo de este año. El único que queda prófugo de la pandilla es Jorge Cotaita. Gerardo Rodríguez, que conducía el coche en el que abusaron de la joven, quedó desde el principio libre de cargos, precisamente por ser sólo un “mero testigo” de los hechos.

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