Entrevista con María Fernández Rehberger/Periodista y coeditora de Excélsior
Nora Rodríguez Aceves
Donald Tump es un peligro para Estados Unidos y para el mundo. Es un “tipo” que desde que asumió el poder como presidente está cumpliendo las promesas que les hizo a los estadounidense en campaña y los medios tendrán una guerra personal con él.
El republicano “es una amenaza a la libertad de expresión, le hará mucho daño a los medios de comunicación, sobre todo a los estadounidenses, ya les declaró la guerra. Es un “tipo” sumamente intolerante, no aguanta una sola crítica, pero es más preocupante que la administración que lo rodea parece seguirle el juego”.
Norteamérica siempre se ha vanagloriado de ser el abanderado de la democracia, de ser un defensor acérrimo de ella, y con la llegada de este hombre al poder, al menos la libertad de expresión estará más coartada, señala la periodista especializada en información internacional. Coeditora y reportera del diario Excélsior.
Durante su campaña, prohibió la entrada a los periodistas de The Washington Post, por considerar que el diario informó de manera “falsa y deshonesta” sobre unos comentarios que hizo en relación con el entonces presidente Barack Obama y la matanza de Orlando, Florida. Ni siquiera Nixon con el Watergate se comportó de esa manera.
.@NBCNews is bad but Saturday Night Live is the worst of NBC. Not funny, cast is terrible, always a complete hit job. Really bad television!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 15, 2017
Sociedad dividida
De acuerdo con lo publicado por diarios internacionales, en su primera rueda de prensa en la Casa Blanca su nuevo portavoz oficial, Sean Spicer, condenó la difusión de material distorsionado sobre el presidente, sus palabras y acciones.
Señalan que el portavoz explicó “los motivos por los cuales el nuevo presidente quiere que la prensa sea franca en su representación de los hechos. Confirmó que Trump está comprometido con la idea de unificar Estados Unidos, mientras que los medios de comunicación están dividiendo a la sociedad con su comportamiento deshonesto”.
A lo que la periodista responde: “la prensa no es la que divide el país, sino Trump que es un narcisista por naturaleza que no aguanta las críticas de ningún medio, ni del más simple del mundo o de The New York Times, para él serán los deshonestos o quienes dividen a la sociedad. Sinceramente, todos los medios de comunicación y la prensa estadounidense tienen un línea, unos van con los demócratas, otros con los republicanos.
El medio más radical que se ve en el panorama es la cadena Fox News que es de tendencia republicana, ahí sí son bastante radicales, todavía no han dicho gran cosa sobre él, por eso no se mete con ellos ni les contesta. El magnate de la construcción será amigo con todos aquellos medios que no lo critiquen y les declarará la guerra a los que le hagan la menor crítica.
“Es un hombre totalmente impredecible, no sabes por dónde saldrá, pero a la vez parece coherente con lo que piensa, con lo que propone. Está cumpliendo las promesas de campaña, ya firmó el decreto para el muro, sacó a Estados Unidos del Tratado de Asociación Transpacífico, construirá los oleoductos que frenó Obama.
La relación entre la presidencia de Trump y la prensa encargada de cubrir sus actividades dará un giro de 180 grados, pues su equipo pretende trasladar la sala de prensa, situada en el ala oeste de la Casa Blanca, a un edificio contiguo a la residencia presidencial, con el argumento de que eso daría acceso a más periodistas que normalmente no tienen espacio en las conferencias de prensa diaria.
“Puede que se restrinja el acceso como lo hizo con los periodistas de The Washington Post, pero tal vez de repente dirá los del The New York Times que no tienen acceso, no lo sé, pero por lo que se ve es posible que deje de lado a los medios que él considera peligrosos. No obstante, me queda la esperanza de que alguien de su equipo, de su administración, intervenga para que le baje un poco a la intensidad. Su directora de comunicación, Hope Hicks, fue la directora de comunicación durante la campaña, y ahora es la directora de comunicación estratégica, tiene 28 años, es de otra generación, por eso se espera que gente como ella puedan moderar un poco a Trump.
María Fernández explica que aunque Donald Trump sea una amenaza, “la prensa no se callará, sobre todo porque Estados Unidos es abanderado de la democracia, de la libertad de expresión y una gran potencia. Quizás en otros países, en Latinoamérica, tengan más cuidado. En Norteamérica los medios no se someten, porque tienen también bastante poder y por muchas amenazas que suelte el presidente no cerrará ningún medio, lo máximo que hará es censurar el acceso a la Casa Blanca de determinados medios.
De momento habrá entre Trump y los medios una relación de estira y afloja, porque a él tampoco le compensa tener esta guerra con ellos, es un político y es el presidente de Estados Unidos.
.@CNN is in a total meltdown with their FAKE NEWS because their ratings are tanking since election and their credibility will soon be gone!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 12, 2017
De personalidad narcisista
No dejan de llamar la atención los cambios continuos, de ánimo y de opinión, del presidente norteamericano que hoy dice una cosa y al otro día o incluso ese mismo día, lo desmiente o culpa a la prensa de ser quienes desvirtúan sus declaraciones. “Lo que pasa es que es un narcisista por excelencia, se quiere muchísimo a sí mismo, prueba de ello es su intolerancia a la crítica, ahí radica su problema con los medios. Además es xenófobo por excelencia, misógino, es egocéntrico, de ahí también que haya gente que lo ame o lo odie; que lo considere un líder supercarismático, coherente y creíble, y otros lo consideren una amenaza y un desequilibrado”.
Además, tiene a su lado a su yerno, “Jared Kushner, que es el poder tras Donald Trump, es su nuevo asesor, confía en él ciegamente, está casado con su hija favorita y primera dama entre bastidores, Ivanka Trump. Kushner tiene una gran influencia en el mandatario, destituyó al director de su campaña, movió los temas en redes sociales, tejió los hilos en las redes; en Twitter Donald Trump es el rey”.
La redes sociales jugarán un papel esencial, ya lo jugaron durante la campaña, fueron en cierto sentido una parte determinante que lo llevó al triunfo, tuvo una buena campaña mediática, y ahí Hillary Clinton falló un poco.
Aunque, por supuesto, muchos estadounidenses piensan como él, es muy carismático, es parte de su personalidad egocentrista-narcisista que también atrae a la gente.
Sin embargo, Jared Kushner es la esperanza para que sea él quien le baje esa intensidad que trae, que lo haga callar un poquito, que es difícil callar a un hombre como Donald Trump que se quiere más a sí mismo, que piensa que es el más poderoso y el mejor por excelencia.
President Trump called the "Saturday Night Live" writer who joked about Barron "terrible"https://t.co/GageC7aFPy pic.twitter.com/IgRycj8QPb
— The New York Times (@nytimes) January 27, 2017
Basta recordar su declaración en un programa de televisión: “Según las encuestas, soy el hombre más conocido del mundo…”
Por su parte, la revista The New Yorker definió ya en 1997 al ahora presidente de Estados Unidos como “un tipo escurridizo y naif, astutamente calculador y temerariamente despreocupado de las consecuencias”.
De ahí el arrepentimiento de Tony Schwart, autor del libro que dio pie al mito de Donald Trump, The Art of the Deal —biografía del empresario— “un libro que estuvo 48 semanas en la lista de los más vendidos y con el que se expandió su imagen de exitoso hombre de negocios. Mérito del que hoy se arrepiente el escritor, que ha dicho: lo que hice fue ponerle pintalabios a un cerdo”.
“En esas páginas se leían reflexiones que hoy dan mucho que pensar: Juego con las fantasías de la gente; Quieren creer que algo es lo mayor y lo mejor y lo más espectacular. Lo llamo hipérbole veraz. Es una forma inocente de exageración”, declaró Schwart a la revista The New Yorker.
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@noraaceves8