En el séptimo Congreso del Partido del Trabajo de Corea celebrado el año pasado, presentamos un original lineamiento y orientación para la reunificación nacional que reflejan la aspiración de la nación y las exigencias de la época e hicimos ingentes esfuerzos para llevarlos a la práctica. Sin embargo, las autoridades sudcoreanas, sordas a nuestros reclamos patrióticos y propuestas justas, siguen empeñadas en sancionar y presionar a nuestra República y en su campaña de guerra contra el Norte, debido a lo cual las relaciones íntercoreanas han empeorado como nunca antes.

Producción de fertilizantes en Norcorea.

El año pasado, la furiosa lucha masiva anti-“gubernamental” levantada en el Sur de Corea sacudió de raíz los cimientos de su dominación reaccionaria. Esta resistencia de todo el pueblo que dejó claramente sus huellas en la historia de la lucha del pueblo surcoreano fue la explosión del rencor y la indignación acumulados contra las autoridades conservadoras entregadas a la dictadura fascista, a la política antipopular, al servilismo vendepatria y al enfrentamiento a sus compatriotas.

Este año se cumplirán 45 y 10 años desde la publicación de la histórica Declaración Conjunta del 4 de Julio y de la Declaración del 4 de Octubre, respectivamente. Pues, nos incumbe el deber de abrir una ancha avenida hacia la reunificación independiente con la fuerza unida de toda la nación.

Es preciso tomar medidas activas para mejorar las relaciones Norte-Sur y eliminar el agudo choque militar y el peligro de guerra entre ambas partes

Participación de Norcorea en competencias realizadas en Rusia.

El mejoramiento de los vínculos íntercoreanos es el punto de partida hacia la paz y la reunificación y una demanda urgente de toda la nación. Si permanecemos de brazos cruzados ante las relaciones bilaterales que se hallan en estado catastrófico, ningún político podrá afirmar que ha cumplido con la responsabilidad y papel que asume ante la nación, ni gozar del apoyo del pueblo. Las calumnias y difamaciones de cualquier índole con que una parte hiere a otra y que la incita al enfrentamiento no pueden ser justificadas bajo ningún concepto. El alboroto y las hostilidades malintencionados que perpetran contra nuestra República con la esperanza de derrocar el régimen y producir algún “cambio” deben cesar sin demora.

Es invariable nuestra disposición de no pelear entre los connacionales y salvaguardar la seguridad de la nación y la paz en el país. Las autoridades surcoreanas no deben agravar la situación culpando sin más ni más nuestro ejercicio de autodefensa, sino responder positivamente a nuestros sinceros esfuerzos por prevenir los choques militares y atenuar la tensión entre el Norte y el Sur.

Fábrica de productos y útiles escolares en Pyongyang.

También tienen que desistir de sus tentativas de incrementar las fuerzas armadas y sus jugarretas de ejercicio de guerra. La nación entera, uniendo su voluntad y fuerza, debe abrir una era de prosperidad del movimiento por la reunificación. A todos los coreanos residentes en el Norte, en el Sur y en ultramar les incumbe solidarizarse y unirse bajo el principio de subordinarlo todo a la reunificación de la patria, causa común de toda la nación, y activar el movimiento por la reunificación a escala nacional. Deben reactivar contactos y visitar unos a otros por encima de la diferencia de ideología y régimen, de residencia e ideal y de clase y sector, y convocar una gran reunión pannacional en que participen todos los partidos políticos, organizaciones y compatriotas de todas las clases y capas del interior y exterior del país, incluidas las autoridades de ambas partes. Gustosos le daremos la mano a cualquiera que conceda importancia a los intereses fundamentales de la nación y desee el mejoramiento de las relaciones Norte-Sur.

Hay que aplastar el reto de las fuerzas anti-reunificación del interior y el exterior que se oponen al anhelo de la nación por la reunificación.

Diversos modelos de mochilas escolares elaboradas con tecnología norcorea.

Hace falta desenvolver enérgicamente una lucha de toda la nación para acabar con las maniobras de agresión e intervención de las fuerzas acaudilladas por Estados Unidos, encaminadas a realizar su estrategia de la dominación de Asia y el Pacífico manteniendo ocupado el Sur de Corea, y para hacer añicos las maniobras de tales fuerzas anti-reunificación, servilistas y vendepatrias como Park Geun-hye, que encuentran su salvavidas en el enfrentamiento con los compatriotas sin siquiera distinguir al verdadero enemigo principal de la nación.

Estados Unidos, teniendo bien presente la voluntad de la nación coreana por la reunificación, no debe adherirse más a la conjura de meter cuña entre los coreanos tendente a azuzar a las fuerzas anti-reunificación surcoreanas al enfrentamiento y la guerra contra sus compatriotas y tomar la resuelta determinación de abandonar su anacrónica política de hostilidad a la RPDC. La comunidad internacional que aprecia la independencia y la justicia debe oponerse a las tentativas de Estados Unidos y sus seguidores que perturban la paz e impiden la reunificación de la Península Coreana, mientras que los países vecinos harán trabajos útiles a realizar la aspiración y los esfuerzos de nuestra nación por la reunificación.

Línea de producción de útiles escolares en una de las fábricas de Pyongyang.

Al dar acicate a su gran marcha nacional hacia la reunificación con su fuerza unida, todos los compatriotas del Norte, el Sur y ultramar deberán obrar de una manera tal que pueda contribuir a que éste sea un año muy significativo que abra una nueva coyuntura de la reunificación independiente. Si bien el año pasado llegaron al extremo los tejemanejes de la presión político-militar y de sanciones de la reacción imperialista contra nuestra República, no pudieron doblegar la inquebrantable fe de nuestro Ejército y pueblo en la victoria, ni impedir el impetuoso avance revolucionario de la Corea del Juche.

Mientras continúen el chantaje nuclear de Estados Unidos y sus seguidores y no dejen de realizar en nuestras propias narices los ejercicios de guerra con la excusa de que es una tradición efectuarlos año tras año, nosotros seguiremos reforzando nuestra capacidad de autodefensa y de ataque preventivo centrada en las fuerzas armadas nucleares.

Una vista de un salón de clases en una escuela norcoreana.

En todo caso salvaguardaremos con nuestra propia fuerza la paz y la seguridad de nuestro Estado y haremos también una activa contribución a la paz y la estabilidad en el mundo. En lo adelante nuestro Partido y Gobierno seguirán fieles a su ideal de la política exterior consistente en la independencia, la paz y la amistad y se esforzarán para ampliar y desarrollar las relaciones de buena vecindad, fraternidad, amistad y cooperación con otros países que abogan por la independencia, y realizar una genuina justicia internacional.

*Con información enviada de la Embajada de la República Popular Democrática de Corea en México