En el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2016, publicado anualmente por Transparencia Internacional, México se encuentra en el número 123 de 176 países, por debajo de Pakistán (116), Perú (101), El Salvador (95), Colombia (90) y Sudáfrica (64). Entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país peor evaluado.

México cayó 28 posiciones en el estudio, alcanzó una puntuación de 30 en una escala que va de 0 a 100, donde 0 es el país peor evaluado en corrupción y 100 es el mejor evaluado en la materia. En 2015, México obtuvo una calificación de 35 puntos de 100 posibles y el lugar número 95 de 168 países. México incrementó sólo cuatro puntos su IPC, entre 1995 y el 2015.

En el continente americano, el país que obtuvo la mejor puntuación es Canadá (82). En Latinoamérica, la nación que registró la puntuación más alta es Uruguay (71), mientras que las más bajas las obtienen Venezuela (17) y Haití (20.)

Entre las 35 economías que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se ubica en el último lugar. 40 posiciones separan a México de China, India y Brasil, sus principales competidores económicos.

Las reformas anticorrupción y la primera etapa de implementación del Sistema Nacional Anticorrupción no fueron suficientes para reducir el efecto de los continuos escándalos de corrupción en todo el país y frenar la caída en México en el Índice de Percepción de la Corrupción.

Transparencia Internacional hace algunas recomendaciones para México entre las que indica que la corrupción e impunidad deben ser excepción y no regla. Las redes de corrupción formadas por empresas y funcionarios públicos deben ser investigadas, perseguidas y desmanteladas.

Asimismo, destaca que es necesaria una Fiscalía General de la República capaz, autónoma e independiente para asegurar que la política anticorrupción del país no dependa ni de la política interna ni de la política externa.

México debe comenzar la transición de la PGR hacia una Fiscalía General, asegurando una discusión técnica y abierta, así como apertura en el proceso de designación de su titular. Además de asegurar la correcta implementación del Sistema Nacional Anticorrupción en el ámbito federal.

Hay evidencia de que los países con los peores resultados en la prueba PISA 2012 en Matemáticas, Lectura y Ciencias, aplicada a un total de 65 países, tienden a obtener las peores calificaciones en percepción de la corrupción.

De acuerdo con el Barómetro Global de la Corrupción 2013, elaborado por Transparencia Internacional, para más de 90% de los mexicanos la corrupción constituye un problema y para casi 80% es un problema serio.

La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2015, elaborada por el Inegi, coloca a la corrupción en segundo lugar entre los problemas más importantes para los mexicanos, con 50.9% de las menciones, solo después de la inseguridad y antes que el desempleo y la pobreza.

En 2015, la entidad federativa en nuestro país con una mayor percepción de corrupción era la Ciudad de México, donde 95.1% de sus habitantes consideró que las prácticas de corrupción son muy frecuentes o frecuentes. El estado que menor nivel de percepción presentó es Querétaro, con 73.3%.

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