Ante el mal tiempo, la mesura. Este es más o menos el mensaje que el Papa Francisco ha hecho respecto al gobierno de Donald Trump. Mientras gran parte del mundo se la pasa alarmado por lo que el nuevo presidente estadounidense pueda hacer, el jerarca del Vaticano ha preferido la prudencia a cualquier especulación.
“Hay que ver qué hace, no podemos ser profetas de calamidades, en momentos de crisis, no funciona el discernimiento y los pueblos buscan salvadores que les devuelvan la identidad con muros y alambres, dijo el pontífice. “En la Iglesia hay santos y pecadores, decentes y corruptos, pero que lo que más preocupa es una Iglesia anestesiada por la mundanidad, lejana a los problemas de la gente”, enfatizó.
Los males del mundo
En una de las primeras entrevistas de lo que va del año, concedida al diario italiano I´Osservatore Romano, Francisco expuso la carga que ha tenido que sobrellevar al ver los grandes problemas del ser humano en el mundo tales como el drama de los refugiados que buscan llegar a las costas europeas, la trata de blancas realizada por la mafia italiana y hasta los temores por la tan anunciada llegada del populismo de derecha.
A este Papa callejero, como él mismo se describe con su clásico humor porteño, sólo le importa el evangelio y la iglesia, pero no cualquier iglesia, sino una que de verdad esté cercana a la gente que lo integra. “Una Iglesia que no es cercana no es Iglesia. Es una buena ONG. O una buena organización piadosa de gente buena que hace beneficencia, se reúne para tomar el té y hacer beneficencia… Pero lo que a la Iglesia la identifica es la cercanía: ser hermanos cercanos. Porque Iglesia somos todos”, afirmó. “Cercanía es tocar, tocar en el prójimo la carne de Cristo.
La Tercera Guerra Mundial
Respecto al mundo, Francisco es claro cuando señala que la guerra es otra de sus preocupaciones, pues asegura que ya estamos viviendo en una Tercera Guerra Mundial, aunque a pedacitos. “Y últimamente ya se está hablando de posible guerra nuclear como si fuera un juego de baraja: se juega a las cartas… Y eso es lo que más me preocupa. Me preocupa del mundo la desproporción económica: que un pequeño grupo de la humanidad tenga más del 80% de la fortuna, con lo que esto significa en la economía líquida, donde al centro del sistema económico está el dios dinero y no el hombre y la mujer, ¡el humano! Entonces se crea esa cultura del descarte”, puntualizó.
¿Hitler y Trump?
Finalmente, Francisco recordó los hechos de 1933 cuando Adolfo Hitler llegó al poder en medio de una Alemania en crisis, que buscaba su identidad. “Apareció este líder carismático que prometió darles una identidad, y les dio una identidad distorsionada y ya sabemos lo que pasó.
“¿Las fronteras pueden ser controladas? Sí, cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, quién entra y quién sale, y los países que están en peligro –de terrorismo o cosas por el estilo– tienen más derecho a controlarlas más, pero ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos”, remarcó.
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