Qué hacer con el gasolinazo
Zoé Robledo
Al momento de escribir este artículo, los mexicanos vivimos con cifras como las siguientes:
La gasolina magna en Chiapas cuesta arriba de 16 pesos con 10 centavos. El dólar ronda los veintidós pesos.
La inflación en 2017 podría llegar a ser hasta 50% mayor a la del año pasado, según algunos analistas.
La pregunta que muchos se hacen es cómo llegamos hasta aquí.
Todo empezó el 12 de agosto de 2013, cuando el presidente de la república anunció la reforma energética.
En ese momento, el gobierno apostó el futuro de los mexicanos a una gran reforma privatizadora. Hizo sus cuentas y cálculos y creyó que le iba a ir bien. Gran error. Hoy, no hay bienestar económico, ni electricidad, ni gas, ni gasolina baratos. Lo que sí hay es un enorme enojo social, una inminente escalada de precios y más desorden en las calles. Resulta que la reforma energética fracasó y no había plan B.
Ahora el Presidente nos pregunta “qué hubiéramos hecho nosotros”. La pregunta real es “qué hacemos ahora”.
Éste es un momento crítico para México. La crisis económica se puede convertir en crisis social. Por ello, es momento en el que ser senador de la república signifique algo. Por eso es fundamental convocar a un periodo extraordinario de sesiones del Congreso de la Unión en el que se debatan soluciones y se corrijan los errores, y demostremos a los ciudadanos que sus reclamos, sus demandas y hasta sus mentadas son escuchados y atendidos.
Por ello, a los legisladores aliados al Presidente es hora de definirse: o las demandas de la ciudadanía o la disciplina y los intereses de partido.
Y los que nos definimos como oposición nos corresponde eso, oponernos, rechazar una mala decisión.
Es momento de ser útiles hoy y a la par emprender la construcción un nuevo régimen que sustituya a éste que le ha quedado mal a los mexicanos.
Un periodo extraordinario, sí, para dar reversa al gasolinazo. Pero también para mostrar empatía, congruencia y sensibilidad. Para eliminar los privilegios de la clase política, replantear la cantidad de dinero que reciben los partidos, las pensiones de los expresidentes, los bonos de los diputados, los asesores de los senadores, los celulares de los consejeros, los spots del Presidente, los sueldos de los ministros. Las casas de lujo, los coches blindados, los guaruras, el fuero, la impunidad. Todos aquellos privilegios que nos tienen, ya no distanciados, sino confrontados con los ciudadanos. Ya no es un tema de desconfianza sino de odio a los políticos.
Entonces, qué vamos a hacer. No se puede tener un pueblo empobrecido y enojado y un gobierno rico e insensible. No se puede pedir sacrificios a la gente y no estar dispuestos, siquiera a juntarnos a discutir qué sacrificios debemos hacer nosotros.
Por ello, vamos al periodo extraordinario, a buscar las soluciones que nos exigen los ciudadanos y también a replantearnos si podemos seguir ofreciendo esas soluciones desde la lejanía y el deshonroso privilegio que significa ser político en México en 2017. ¡Empecemos ya!
Senador de la República por Chiapas
@zoerobledo

