Corea del Norte advirtió el domingo pasado que su plan de misiles estratégicos se encuentra en su fase final. El dirigente norcoreano Kim Jong-un aseguró que su país tendrá la capacidad de lanzar cohetes intercontinentales que podría llegar a territorio estadounidense. Este martes y usando un tono que refleja la característica de lo que será su gobierno, cuando el próximo 20 de enero asuma el poder, Donald Trump, desestimó las declaraciones de su contraparte y aseguró en sus redes sociales que “eso nunca pasará”.

Trump no sólo contestó a Norcorea, sino que se siguió con China, a la que criticó por apoyar al régimen de Pyongyang y por la devaluación del yuan; una medida que el magnate estadounidense calificó como “devastadora” para la economía estadounidense.

“China ha estado sacando enormes cantidades de dinero y riqueza de Estados Unidos en un comercio totalmente unilateral pero no ayuda con Corea del Norte. ¡Qué amables!”, escribió en cuenta de Twitter.

Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Anna Richey-Allen, hizo un llamado a Corea del Norte para que se “abstenga de realizar acciones provocativas y de emitir una retórica enardecedora que amenacen la paz y la estabilidad internacionales, y que tome la decisión estratégica de cumplir con sus obligaciones y compromisos internacionales”.

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