Es apenas el cuarto día del año, y México ha entrado en una fase de desobediencia civil. El primero de enero se reportaron bloqueos en carreteras, estaciones de gasolina y algunas vialidades importantes en la ciudad de México. Tres días después comenzaron a circular versiones de saqueos contra tiendas departamentales en diversas localidades del Estado de México como Acolmán, Chiconautla, Tecamac y Tepexpan. También se registraron disturbios en la carretera de México Texcoco-Lechería y en las inmediaciones de la Central de Abasto de Ecatepec.
En varios de estos lugares, grupos de inconformes sustrajeron productos de tiendas como Aurerrá y Coppel, al tiempo que diversas gasolinerías tuvieron que suspender el suministro ante el temor de que los actos vandálicos se extendieran. En caso de la cadena Coppel, la tienda afectada fue la sucursal Cuautepec, en la delegación Gustavo A. Madero, donde la gente rompió cristales y levantó las cortinas para ingresar.
La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio (ANTAD) indicó que al menos 79 tiendas de cadenas comerciales han sido saqueadas tanto en el Estado de México como en Michoacán, Hidalgo y la Ciudad de México.
La policía informó que detuvo a más de 200 personas que participaron en las revueltas.
Asimismo, en redes sociales circularon versiones de asaltos, además de alertar a los usuarios sobre los riesgos que suponía circular cerca de los comercios saqueados, aunque algunas autoridades desmintieron las versiones.
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