Cuando se habla de guerra se debe entender guerra. Este es el mensaje que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está enviando con gran claridad no sólo hacia México, sino al mundo entero. Así lo evidenció también la organización Amnistía Internacional (AI) que señaló que su gobierno se basa en una “retórica del odio” en la que el magnate ha usado como chivos expiatorios a los refugiados y migrantes contra quienes ha dispuesto no sólo un veto migratorio, sino una cacería tenaz y despiadada.

Al presentar su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, Amnistía Internacional señaló al 2016 como un año en el que se realizó un “uso cínico” de esa retórica a nivel global. Una situación sólo vista en la década de 1930. Asimismo, se refirió especialmente a Donald Trump, como un presidente que fue elegido “usando una campaña que causó consternación por su discurso discriminatorio, misógino y xenófobo y que “ilustra la tendencia global más airada y divisiva de hacer política”. “Las decisiones que está tomando, ya sea la construcción de un muro en la frontera con México o la aceleración de la expulsión de inmigrantes ilegales, van a tener repercusiones sobre millones de personas” , alertó Geneviève Garrigos, responsable de la región Américas del organismo.

Sobre México

De igual forma, indicó que en el 2016, muchas personas fueron víctimas de expulsiones desde México y Estados Unidos, sin importarles que muchos de ellos regresaran a situaciones de peligro mortal. Denunció además la detención de migrantes, incluso de menores no acompañados, en meses pasados en la frontera sur de Estados Unidos, muchos de los cuales no tenían acceso adecuado a atención médica ni a asistencia de un abogado. “Nos preocupa que esta situación se agrave con la gran cantidad de migrantes cubanos que han ido a Ecuador para luego tratar de subir a Estados Unidos o de haitianos que se encuentran bloqueados en la frontera mexicana, sin ningún recurso, en condiciones muy difíciles”, agregó.

Diez años después del inicio de la denominada “guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada” se seguía empleando personal militar en operaciones de seguridad pública, y la violencia en el país continuaba siendo generalizada. Seguían recibiéndose informes de tortura y otros malos tratos, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y detenciones arbitrarias.

En el mundo

Por su parte, el secretario general, Salil Shetty, hizo un llamado a la comunidad civil a organizarse y movilizarse contra el “riesgo de un efecto dominó” proveniente de países poderosos como Estados Unidos que aprovechan esta situación para dar marcha atrás en sus compromisos con los derechos humanos. En este aspecto, Francia también está bajo la lupa del organismo por la amenaza de que “pueda caer en la trampa de los discursos de odio, miedo y aislamiento”. Esto referente a las próximas elecciones en las que políticos duros como Marine Le Pen se están apoyando en campañas extremistas, semejantes a la de Trump.

El organismo humanitario también denunció al presidente filipino Rodrigo Duterte, al mandatario turco Recep Tayyip Erdogan y al primer ministro húngaro Viktor Orban, de quienes dijo que “tienen una agenda tóxica que persigue, convierte en chivos expiatorios y deshumaniza a grupos enteros de personas”.