Luego de dos meses de éxito con Stanley Kubrick: La exposición, la Cineteca Nacional, en colaboración con la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y el Museo del Palacio de Bellas Artes, dedicaran un par de conciertos a este genial y polémico director de cine, considerado uno de los más importantes de la segunda mitad de siglo XX.
El segundo programa de la temporada 2017 de la OSN, bajo la dirección huésped de José Luis Castillo, está integrado por fragmentos de las obras musicales que el cineasta estadounidense utilizó para crear las bandas sonoras de algunas de sus más memorables películas. Entre las piezas que el público podrá apreciar se encuentra Musica ricercata II y Atmósferas de György Ligeti para 2001, las oberturas de La urraca ladrona y Guillermo Tell de Gioachino Rossini, así como el adagio de Gayaneh de Aram Jachaturian.
Stanley Kubrick (1928-1999), es autor de varias cintas calificadas de culto, para él la música significaba “un elemento indispensable” y se valió de obras de grandes compositores de música de concierto para intensificar las emociones en su filmografía.
Entre sus cintas más famosas sobresalen Espartaco (1960), Lolita (1962), Dr. Insólito (1964), 2001. Odisea del espacio (1968), Naranja mecánica (1971), Barry Lyndon (1975), El resplandor (1980), Cara de guerra (1987) y Ojos bien cerrados (1999).
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En cuanto a la muestra que ha sido visitada por más de un millón de personas, y que se exhibe hasta el 29 de mayo en “La Galería del espacio de preservación y difusión fílmicas”, cuenta con un recorrido de 900 piezas entre proyecciones, objetos originales, fotografías, vestuario y diferentes objetos que se han presentado en diferentes partes del mundo como Amsterdam, París y Monterrey.
También en el marco de las actividades dedicadas al legado del director que se ha convertido en una influencia y referencia para los creadores, la Dirección Académica de la Cineteca lleva a cabo hasta el 23 de mayo, charlas donde se estudian las meticulosas producciones de Kubrick a partir de disciplinas como el psicoanálisis, la filosofía, el diseño o la historia.
“Kubrick demostró una enorme intuición para el proceso de elegir música para sus películas y aplicarla en los lugares justos y en las dosis adecuadas”, así lo señalo el especialista en cine y música, Juan Arturo Brennan, en la conferencia prensa para dar los pormenores de los conciertos que se llevaran a cabo en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, el viernes 3 de marzo a las 20:00 horas y el domingo 5 a las 12:15 horas.
El también co-curador de la versión mexicana de la muestra, resaltó en especial el filme 2001, para el cual Kubrick tejió una cadena con las ideas del reformador persa Zaratustra, el texto de Friedrich Nietzsche Así habló Zaratustra y el poema sinfónico homónimo de Strauss.
Hasta antes de 2001, Kubrick había seguido caminos tradicionales en el campo de la música cinematográfica, al comisionar partituras convencionales a compositores especializados, recalcó el experto. A partir de 2001, el cineasta recurrió frecuentemente a música preexistente y, en ocasiones, combinó la música de concierto con obras por encargo.
“Stanley Kubrick no fue, ni mucho menos, el primer cineasta en utilizar música de concierto en sus películas, pero probablemente fue quien lo hizo con mayor inteligencia y conocimiento de causa. Por ello, escuchar sus películas es tan satisfactorio e instructivo como verlas”.
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