Desde su fundación en los años sesenta, la Editorial Era se caracteriza por su atención particular en la promoción de la reflexión crítica de jóvenes escritores mexicanos, esto se debe en gran parte al esfuerzo y dedicación de una de sus cofundadores, Neus Espresate, impulsora fundamental de la literatura latinoamericana en México, quien falleció este martes, a los 83 años de edad, debido a problemas respiratorios.

“Buscó poner al alcance de México y el mundo hispano las principales obras y experiencias de la izquierda, aquellas que resultaban imprescindibles para la reflexión, la crítica y la acción”, fueron las palabras de Neus, en el 2011, al recibir su doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), gracias a su contribución a la difusión de conocimientos sociales.

En el 2014, expresó Neus que “el pasado no debe olvidarse y en esa tarea los editores adquirimos una responsabilidad enorme en la conservación de la memoria”, al recibir el premio Liber, reconocimiento que concede la Feria Internacional del Libro a propuesta de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).

Neus llegó a México con sus hermanos Jordi y Enrique en 1943. Era una niña de 12 años, tímida y reservada, que guardaba secretos y vivencias demasiado duros para sus pocos años. Antes de poder salir a México, los niños conocieron escuelas y conventos de la derecha franquista. Recordaba con frecuencia que su tía abuela le decía que los Espresate eran, desde entonces, unos rojos. En México, el cielo se les abrió. Habían dejado atrás la guerra civil española y el solitario Atlántico y reunido con sus padres. Esta niña forjada en la soledad se transformó en una formidable lectora y una apasionada de la política; de lectora pasó a proponerle a su padre, don Tomás, hacer una editorial.

A partir de ahí nace Editorial Era, cuyo nombre se formó con las iniciales de los apellidos de los promotores de esa iniciativa: Neus Espresate, Vicente Rojo –quien durante años fue el encargado de hacer las portadas de los primeros libros- y José Azorín, todos hijos de republicanos exiliados y militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas.

El primer libro que publicó Era fue La batalla de Cuba, del periodista Fernando Benítez. La editorial ocupaba entonces una casona de la calle Aniceto Ortega, en la colonia Del Valle. El segundo título fue Palabras cruzadas, entrevistas de Elena Poniatowska. Después se sumo la primera edición de El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez.

Escritores y amigos, sobre todo lectores de Ediciones Era, recuerdan la importante labor de Neus Espresate, una mujer que solía mantener al margen de los reflectores, sentada en las oficinas del sello como cualquier persona, sólo a la espera de ese libro que ayudara a mantener la memoria, quizá una de las obsesiones de una mujer que tuvo que huir de la guerra en España.

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