Por EL IMPARCIAL

En más de un mes de mandato, Donald Trump se ha granjeado un buen puñado de voces contrarias (y favorables, como resaca de la polarización sembrada en campaña) a una de sus propuestas más controvertidas: la relacionada con la migración y el veto de la entrada a Estados Unidos a ciudadanos proveniente de países árabes. Pues bien, a pesar de contar entre sus detractores con un sector del Partido Republicano, todavía no había recibido una crítica nítida de alguna de las voces sonoras de su trinchera. Y este lunes aconteció el primer revés familiar para el nuvo presidente electo.

Ha sido George W. Bush el encargado de matizar el camino emprendido por Trump en materia migratoria, un tema que afecta sobremanera a su hermano en el estado que gobierna, a pesar de haber abanderado la lucha antiterrorista durante su mandato (2001-2009) como una de las piedras angulares de su política. Así, en una entrevista concedida a la NBC, el antecesor de Barack Obama como habitante de la Casa Blanca se limitó a criticar al actual mandatario de manera escueta. Eso sí, sin entrar a azotar al magnate, ni mucho menos.

Preguntado por su posicionamiento con respecto al decreto que cercenaba la entrada de refugiados -ahora bloquado en los tribunales-, Bush confesó que “yo estoy por una política migratoria de acogida y respeto a la ley”. “Es muy importante que (los estadounidenses) se den cuenta que una de las grandes fortalezas de Estados Unidos es la libertad para profesar la religión que deseen o no profesar ninguna“, especificaría el ex dirigente que rompía su silencio tras el éxito de Trump.

Yo entendí desde el principio que este es un conflicto ideológico y que las personas que asesinan a inocentes no son personas religiosas. Quieren promover una ideología y hemos enfrentado este tipo de ideologías en el pasado“, declamó una voz influyente que se desmarcó de Trump durante la campaña electoral -no compareció en la Convención republicana ni votó por el presidente actual- aunque ha evitado la confrontación con el líder de su partido.

Estados Unidos debe proyectar fortaleza“, concluyó Bush en una alcución en la que esquivó responder a si la política migratooria podía influir en la lucha contra Daesh y que ha levantado polvareda en Washington. Estas declaraciones llegan, precisamente, en la semana en que está previsto que se promulgue un nuevo decreto parecido al bloqueado, segun apuntan fuentes de la Casa Blanca. Se confirma, por tanto, que Trump no deja a nadie indiferente, y menos en sus filas.