Con el objetivo de defender a México contra las amenazas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, el día de ayer se realizaron dos marchas #AntiTrump con poca asistencia de la que se esperaba.

La movilización “Vibra México”, liderada por María Elena Morera, que caminó del Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia, tuvo una asistencia de unas 18 mil 500 personas, en cambio la marcha de “Mexicanos Unidos”, convocada por la activista Isabel Miranda de Wallace, para ir del Hemiciclo de Juárez al Ángel, acudieron cerca de mil 500 ciudadanos.

A pesar de que se buscaba unidad, la separación de las marchas era evidente. Miranda de Wallace explicó que en la organización no coincidieron con las peticiones, por lo que prefirió separarse de la movilización “Vibra México”.

Con las consignas de: “No al muro”, “Alto a las deportaciones” y “Fuera Trump”, los asistentes mostraban su rechazo hacia las políticas migratorias de Trump. La manifestación culminó con la entonación del Himno Nacional, Cielito Lindo  y con la “caída” de un muro hecho con bloques de papel con mensajes de “injusticia, odio, racismo, intolerancia, discriminación, xenofobia, violación a los derechos humanos”.

La marcha convocada por María Elena Morera, Alejandro Martí y los escritores Enrique Krauze, Homero Aridjis y Héctor Aguilar Camín fue realizada por 87 organizaciones sociales, a las que se sumó la Universidad Autónoma de México (UNAM). El contingente salió a las 11:50 del Auditorio Nacional a la que se sumó la escritora Ángeles Mastretta y Eduardo Bohórquez.

El historiador Krauze indicó que esta protesta no era en contra del pueblo de Estados Unidos, sino “en contra del absurdo, la injusticia, y el atropello que nuestros paisanos en Estados Unidos y sus familias en México están siendo víctimas de este monstruo que por un accidente histórico ocupa la Casa Blanca”.

Por su parte, la escritora Ángeles Mastretta declaró que desde 2012 no marchaba por una causa y está vez lo hizo porque los mexicanos que viven en Estados Unidos se sienten respaldados. “Se trata de que nos hagan caso los otros mexicanos, que se sientan acompañados y no desolados. Fundamentalmente es eso, que la gente de allá se sienta acompañada”.