Por Manuel Nava

Acapulco, Gro.-Ante la posible deportación de un considerable número de guerrerenses radicados en los Estados Unidos, el gobierno del estado solo tiene retórica y vistas para dar apoyo a quienes pudieran encontrarse en esa situación.

En noviembre del 2016, después de la elección del magnate Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el gobernador Héctor Astudillo, reconoció que la entidad no está en condiciones de recibir a más de un millón de inmigrantes quen hoy habitan en territorio estadunidense, aunque dijo que su administración se mantendrá atenta para salir en defensa de ciudadanos guerrerenses que habitan en ciudades como Chicago, Los Ángeles, Atlanta y Nueva York, quienes reconoció han representado un sustento importante para la economía local.

“El gobierno del estado tiene que prepararse y estar listo para salir en la defensa de nuestros paisanos”, dijo y eecordó que iniciará en dos semanas una nueva gira por Estados Unidos, donde el primer punto a visitar será Chicago, donde se reunirá con todos los grupos organizados.

En días pasados, Astudillo Flores, acudió a las ciudades de San Diego y Los Ángeles, en EU, para comunicarles a los guerrerenses que su administración está preparada para recibirlos en caso de que sean repatriados.

“Se implementan acciones para garantizarles servicios fundamentales como salud, educación para ustedes y sus hijos, así como todo lo relacionado con el desarrollo social”, expuso a los connacionales.

Aunque dijo que las decisiones tomadas por Trump para con los migrantes, han generado temor entre algunas personas, familias o grupos, manifestó que tiene confianza en que la situación “pronto se va estabilizar”.

 

Más de un millón de guerrerenses en EU

En la visita, el gobernador inauguró la Casa México –antes Casa Guerrero–, con lo que cumple el acuerdo de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) de que todas las casas de los gobiernos en estados del país vecinos sean nombradas así en apoyo a los mexicanos radicados allá, además de que les ofrecerán defensa jurídica.

Estimaciones conservadoras establecen que del lado de la Unión Americana hay un millón 200 mil guerrerenses susceptibles de ser deportados y que podrían volver a establecerse en el territorio donde habitan actualmente poco más de 3 millones de personas, las cuales en su gran mayoría radican en poblaciones con bajos índices de desarrollo humano y niveles de vida. Tan solo en octubre pasado fueron deportados 17 mil 600 guerrerenses, la mayoría son acapulqueños.

En octubre de 2011, el gobierno Ángel Aguirre elevó a rango de secretaría la oficina de atención al migrante y asuntos internacionales, misma que se encarga de regular, conducir y evaluar la política estatal en materia de migración.

Sin embargo, fuera de visitas protocolarias y discursos no hay acciones concretas. Los migrantes estarían regresando a vivir una situación aún más deteriorada a la que les obligaron a abandonar la entidad. Conflictos sociales con expresiones violentas y la inseguridad derivada de las acciones del narcotráfico, han llevado a la economía de la entidad a un remolino que sumerge las posibilidades de desarrollo.

 

Actividades productivas en la entidad

En Guerrero, los trabajadores ocupados están en actividades económicas informales. Las actividades primarias, como la agricultura, la ganadería y la pesca, agrupan a 29.4 por ciento de la fuerza laboral del estado y de ese total, prácticamente todos los trabajadores son informales.

En los últimos años se registra un desplazamiento a la industria manufacturera y al sector turístico; sin embargo, en el estado, estas actividades muestran una tasa de informalidad mayor a la nacional, por lo que no disminuye la informalidad en el estado.

En Guerrero se genera 77 pesos por hora trabajada, mientras que a nivel nacional es de 139 pesos, son las condiciones reales a las cuales regresarían los migrantes.