Debajo de Morena, PAN e lndependientes
José Luis Camacho Acevedo
Sí hoy fueran las elecciones para presidente de México, el PRI perdería con el riesgo de irse hasta el tercer o, incluso, cuarto lugar. Tan solo en un mes, de diciembre de 2016 a enero de 2017, el partido en el poder habría caído 3.12 por ciento en la preferencia electoral, y el ánimo en su contra habría crecido 4.48 por ciento en el mismo lapso.
Esa es la lectura en síntesis de las últimas encuestas que han circulado. Ya no lo ubican solamente por debajo de Morena y del PAN, ahora también de los independientes. Tanto aumentó el malestar social en los últimos meses que la desaprobación recae directamente en los números disminuidos del tricolor.
Son tres los factores que han aumentado la animadversión en su contra: la corrupción que florece en época de crisis en manos de los beneficiados, que molesta, duele y enoja a las personas menos beneficiadas; la economía se vio afectada con el gasolinazo y afectó directamente el bolsillo de la clase trabajadora; y el factor Trump, que causa temor e incertidumbre en los mexicanos.
Aquí vale la pena hablar de Andrés Manuel López Obrador, líder nacional de Morena, quien busca desligarse de las voces que lo mimetizan con el presidente estadounidense; pero que comete errores, y cuando son expuestos le falta humildad para reconocer su falta.
Se avizoran cambios en la estructura interna del PRI. De acuerdo con varias fuentes, uno de los más importantes sería el de la Secretaría General del partido de la cual saldría Carolina Monroy para dar paso a Claudia Ruiz Massieu.
"@NoticiasMVS: #ENTREVISTA El partido que aprovecha más la caída del @PRI_Nacional es @Redes_MORENA: @RoyCamposhttps://t.co/xPdVvVRjA9
— Roy Campos (@RoyCampos) February 23, 2017
Esta decisión sería para resarcir a la sobrina del expresidente Carlos Salinas, delegada con bastante falta de tacto para reintegrar al gabinete presidencial al ahora secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray; enroque relevante por la reintegración de Ruiz Massieu a la vida partidista en un momento donde el PRI requiere de paso firme frente a los retos de los procesos electorales.
Relevante es el regreso al PRI de los grupos con más experiencia, con el posible nombramiento de José Murat Cassab, exgobernador de Oaxaca, a la Confederación Nacional de Organizaciones Populares en sustitución de Cristina Díaz.
También está el cambio de Carlos Iriarte, quien dejó su cargo al frente del PRI Estado de México para dar lugar a la joven pero experimentada Alejandra del Moral, colaboradora cercana de Luis Videgaray y el mandatario Peña Nieto, cuando gobernaba la entidad. El canciller respalda en su lugar al actual dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, quien por lo menos de aquí a las elecciones de junio no será removido de su posición.
La semana pasada se llevó a cabo el Consejo Político Nacional del PRI; Ochoa Reza se comprometió a escuchar todas las voces del partido, en donde quepan todas las visiones y se discutan todos los temas. Previo a la clausura, reiteró el llamado a un acuerdo de unidad nacional, que incluya todos los partidos políticos.
Por bien del PRI, ojalá así sea, pues si se presente una fractura interna corren el riesgo de tener el mismo futuro que el PAN, y que les pase lo mismo que vemos con sus precandidatos Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya, quienes han demostrado que darán una dura batalla aunque en el camino el PAN termine profundamente dividido.