Riqueza mineral que no llega a la población

Juan Pablo Aguirre Quezada*

“La unidad de todas las ciencias se encuentra en la geografía. La importancia de la geografía es que presenta la Tierra, como la sede permanente de las ocupaciones del hombre“. John Dewey

Si observamos en un mapa del continente africano pareciera que la República Centroafricana está en una inmejorable posición geográfica: situado ligeramente al centro norte de África, y con una cercanía mayor al océano Atlántico que al Índico, este país es vecino de Chad, Sudán del Sur, Sudán, la República Democrática del Congo, Camerún y Congo.

Una ventaja que la República Centroafricana aprovecha en su geopolítica es compartir una moneda única con algunos de sus vecinos, al utilizar el Franco CFA de África Central. Esto, como parte de los esfuerzos realizados por la Comunidad Económica y Monetaria de África Central, lo que ha permitido una mayor unión comercial entre sus países miembros. El uso del CFA ha dado cierta estabilidad monetaria para los países usuarios, pese a los vaivenes propios de la libre flotación. Por tanto y pese a los índices de pobreza existente, la unión monetaria del centro de este continente ha permitido controlar la inflación en países como la República Centroafricana, situación que no ha sido tan grave como la existente en otros países africanos, tal como en Zimbabue.

Sin embargo, pese a este vínculo con países vecinos en un esfuerzo por un desarrollo conjunto, la realidad es diferente: la República Centroafricana no tiene salidas al mar. Asimismo, su infraestructura carretera es pobre, por lo que no está debidamente comunicado con las seis naciones que lo delimitan. Bangui, la capital de este país, es una ciudad fronteriza con la República Democrática del Congo, con la ventaja de comunicación fluvial con el río Ubangui, el cual desarrolla ciertos desafíos para la navegación comercial.

La República Centroafricana es uno de los países más pobres del mundo, en el que el desarrollo humano enfrenta importantes retos en temas básicos como alimentación, empleo, educación, salud, seguridad social, entre otros. Este país comparte dichas necesidades como una característica social con sus vecinos, por lo que la superación de la marginación es uno de sus principales problemas.

De acuerdo con el Banco Mundial, la República Centroafricana tiene una esperanza de vida al nacer de 50.6 años en 2014. Si bien este indicador es un reflejo del avance del desarrollo social, es uno de los más bajos a escala mundial. Lamentablemente hace treinta años este país tenía este mismo promedio; sin embargo, hubo una decaída constante de 1987 a 2002, para registrar un indicador de 44.2 años para esta última fecha. A partir de 2003 la tendencia se revirtió hasta llegar a los promedios actuales.

Igualmente el PIB per cápita tuvo una drástica caída en este periodo, para pasar de 470 dólares anuales en 1988 a 250 en 2002. Si bien después de este año el crecimiento económico tuvo un período de expansión, únicamente en 2011 y 2012 se superó los niveles alcanzados en 1988. Lo preocupante es que en los últimos años (después de 2013) el país registró una nueva caída en sus indicadores del PIB per cápita, lo que afecta de forma drástica el ingreso y la pobreza de su población. En la última medición (2015) el promedio anual era de tan sólo 330 billetes verdes por habitante, uno de los menores en comparación a otros países (en México el PIB per cápita para ese año se situó en nueve mil 710 dólares).

¿Por qué la República Centroafricana tuvo esa caída en la década de los ochentas? La inestabilidad política, en especial la caída del socialismo, los movimientos pro democráticos y sucesivos conflictos sociales después de elecciones afectaron el desarrollo del país. A más de medio siglo de vida independiente, los beneficios para la población han sido pocos, a tal situación de que de acuerdo a mediciones del índice del desarrollo humano (IDH) los centroafricanos son los segundos peor evaluados de todo el mundo.

Como otros países africanos, la República Centroafricana también tiene una riqueza mineral con potenciales fuentes de uranio, oro y diamantes; sin embargo, los beneficios de estas actividades no llegan a la población, que se hunde en la pobreza y la falta de oportunidades. No todos los niños tienen acceso a la educación en esta nación, por lo que el futuro es nada prometedor.

Los problemas sociales en la República Centroafricana han hecho posible que otras potencias europeas como Francia u organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han realizado misiones para fortalecer la seguridad de la población. Por ahora, este país enfrenta retos como continuar con la disminución de la violencia, consolidar su sistema democrático, fortalecer la cooperación internacional, contener a grupos funamentalistas, entre otros. Pero de forma prioritaria, esta nación debe enfocarse a la lucha contra la pobreza a fin de brindar una mejor calidad de vida a sus habitantes.

*Doctor en Humanidades, Universidad Latinoamericana.

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