Se impuso la pluralidad democrática
José Alfonso Suárez del Real y Aguilera
Allí donde la Constitución refleja los factores
reales y efectivos del poder, no se dará jamás
el espectáculo de un partido que tome por bandera
el respeto a esa Constitución.
Ferdinand Lassalle
A diferencia de hace cien años, cuando por decisión de Carranza la capital del país se ubicó en Querétaro y la ciudad sobrevivía a los embates y convulsiones revolucionarios, este 5 de febrero de 2017, en la capital de la república, se promulgará un revitalizante pacto social, cuya difícil construcción obliga al reconocimiento de quienes, desde todas las trincheras, defendieron sus argumentos —algunos obsoletos, otros autoritarios—, pero a los que al final de los debates se impuso el crisol de la pluralidad democrática que identifica a la sociedad capitalina.
Concebida como “moneda de cambio” en el contexto del ahora maldito Pacto por México, la concreción de la reforma política garantizó la partidocracia, doblegando la voluntad democrática de los capitalinos al designar a 40 de los 100 integrantes de la Asamblea Constituyente.
Con Revocación de Mandato se gesta la exigibilidad de Buen gobierno en las Alcaldias, en el Legislativo y en la Jefatura de la Ciudad.
— Suárez del Real (@SuarezdelReal1) January 30, 2017
Manifestándose el repudio de Morena ante tal celada antidemocrática, nos propusimos asumir el mandato de los capitalinos ratificado en las urnas, lo que nos garantizó la participación de 22 constituyentes populares, 11 provenientes de la propia sociedad civil y 11 morenistas.
A pesar de la desproporción numérica y de las habilidades en las lides parlamentarias de la mayoría del resto de constituyentes de otras fuerzas políticas, nuestro sólido compromiso por entregar a los ciudadanos un pacto de derechos y no un mero enlistado de enunciados logró que la iniciativa del Dr. Mancera sufriera severas modificaciones a favor de la gente, a favor de la ciudad y a favor de la democracia participativa.
Hasta las renuncias de algunos de nuestros constituyentes aportaron, debido a la reflexión inteligente de sus causas; y esos legítimos actos políticos profundizaron el debate a favor de los derechos y la dignidad de los capitalinos.
Gracias al compromiso real de aquellos constituyentes que asumieron el mandato de los capitalinos, se lograron amplios avances para el constitucionalismo mexicano, como la expresa prohibición de la privatización del servicio de agua potable; la anulación del fuero de todo funcionario; el reconocimiento de las alcaldías como gobiernos de cercanía con mayores facultades a la de nuestros actuales delegados y el reconocimiento pleno de los derechos del pueblo y barrios originarios, cuyos integrantes fueron consultados previo a la presentación del dictamen correspondiente.
Ante la certeza de que el gabinete de marketing del jefe de Gobierno tendrá listo el “espectáculo para tomar por bandera el respeto a la Constitución” de la Ciudad, enarbolaremos la advertencia del político alemán Lassalle y repudiaremos el uso electorero de un documento que se construyó a contrapelo de la iniciativa presentada por ese servidor público.