Patricia Gutiérrez-Otero

¿Por qué el grupo Salir del petróleo, que promueve la reducción urgente del uso de las gasolinas se opone al gasolinazo? ¿No es un autogol, una incongruencia?

Primero, sobre el grupo Salir del Petróleo. Agosto 2013, algunos ecologistas se reunieron en torno a la crisis del agotamiento del petróleo de baja extracción que lleva a la extracción del “petróleo no convencional” (fracking y perforación en aguas profundas, que la Reforma Energética introdujo en nuestro país) cuyas consecuencias son la destrucción planetaria de muchos seres vivos. Su meta se volvió difundir los problemas de la transición energética, y la necesidad de disminuir el uso de la energía (eléctrica, gas y gasolinas), lo que conlleva una reducción en la extracción de petróleo y, por ello, la necesidad de gravar las gasolinas.

Segundo, este grupo, ecologista y decrecionista, manifestó recientemente su oposición al gasolinazo pues los gravámenes que ellos pedían deberían evitar el despilfarro de las gasolinas y los daños ambientales subsecuentes; sin embargo, la meta del gasolinazo es aumentar la recaudación fiscal (IEPS e IVA = 40 por ciento del precio de la gasolina).

El aumento de la gasolina es un acto político ilegítimo pues el gobierno que lo promueve es espurio. Por las mismas razones, el presupuesto de ingresos/egresos 2017 y la Reforma energética son ilegítimos. El gobierno actual no disminuye los salarios excesivos de la alta burocracia y sigue saqueando los recursos públicos y naturales a nivel estatal y federal, con gran impunidad. Todo ello no garantiza la disminución de precios del combustible por el juego del “libre mercado”, pues los mexicanos no sabemos quién importa ni cuánto importa.

Las refinerías mexicanas están subutilizadas o en pésimo estado, lo que beneficia a las trasnacionales y nacionales coludidas con diversos sectores del gobierno. La mancuerna gobierno y partidos políticos que acordaron la Reforma energética, y las utilidades compartidas con las empresas nacionales y trasnacionales no redundarán en favor de los ciudadanos, pues el boquete fiscal crecerá por la caída del precio internacional del petróleo.

Finalmente, Salir del petróleo denuncia un negocio turbio entre Slim (INBURSA) y Trump para construir dos gasoductos trasnacionales en el Norte del país para transportar el gas del fracking.

Desde el primer cuarto del siglo pasado, el mundo moderno se ha “alimentado” con petróleo. Productos diversos, y no sólo hidrocarburos se producen con él. El uso sin límites de los productos del petróleo, su saqueo del fondo de la tierra, nos han llevado a un desastre en muchos sentidos (incluso en el de la organización de la vida humana que se transporta largas distancias entre el “hogar” y el “empleo”). Por eso, aunque podría alegrarme por los límites que el “gasolinazo” impone al derroche de hidrocarburos, los fines y las consecuencias inmediatas de ello no pueden más que alertarnos. La transición hacia un modo de vida más amable es indispensable, pero no de manera abrupta ni con falsas intenciones de quienes siempre se benefician.

Además opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés y la Ley de Víctimas, que se investigue Ayotzinapa, que trabajemos por un nuevo Constituyente, que se respete la educación, que Graco sea destituido, que recuperemos nuestra autonomía alimentaria y nuestra dignidad.

@PatGtzOtero