Nuevas tecnologías afectan a los jóvenes

De acuerdo con un grupo de científicos de la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos, el uso de un teléfono inteligente, una tablet o una computadora portátil a la hora de acostarse puede afectar el sueño, pues encontraron longitudes de onda específicas de luz que pueden suprimir la hormona melatonina en el cerebro, la cual induce al sueño. Por otra parte, un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, España, indicó que al menos 10 por ciento de los jóvenes entre 16 y 25 años presenta síntomas de insomnio crónico, aquel que se diagnostica luego de un año con falta de sueño.

Al respecto, la doctora Maricela Durán Gutiérrez, de la Clínica del Sueño del Hospital Civil de Guadalajara (HCG), señala que un tercio de las consultas por problemas de insomnio están asociadas con el uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC).

Indicó que falta obtener los datos duros de corte epidemiológico para tener una cifra precisa en la Clínica del Sueño, “ya que estos son aproximados y similares a los de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)”.

Manifestó que en la Clínica del Sueño se reciben pacientes de todas las edades, pero el problema es más acentuado en adolescentes y adultos jóvenes. Detalló que entre los motivos de consulta se encuentran el insomnio, la dificultad para iniciar o mantener el sueño, sueño no reparador, cansancio, dificultades de concentración, así como ansiedad y baja académica.

Durán Gutiérrez precisó que se calcula que los niños duermen una o dos horas menos de lo que deberían por el uso de dispositivos, “uno de los hábitos del buen dormir es sacar dichos aparatos de la habitación, lo que no hacen muchos menores y adolescentes”.

Afirmó que el recién nacido duerme alrededor de 20 horas; el lactante, cerca de 16; niños en edad escolar, 12; el adolescente debería dormir alrededor de ocho o nueve horas, y el adulto joven, cerca de siete.

Comentó que durante la noche ocurre la secreción de la hormona de crecimiento, la regulación de péptidos involucrada en el desarrollo de los pequeños y la consolidación de la memoria, pero los niños que no duermen bien tienen además dificultades para memorizar.

Subrayó que 50 por ciento de los insomnes pueden presentar depresión y ansiedad, hay un mal control de la glucosa por no dormir bien. “Y si a esto se le agrega que la práctica de hábitos saludables han sido remplazados por el uso de la tecnología, eso impacta en el desarrollo mental, psicológico, la estabilidad emocional y en el rendimiento académico”, explicó.

Sobre este tema, el doctor David Hillman, director de la Sleep Health Foundation, con sede en Blacktown, Nueva Gales del Sur, Australia, explica que una manera de recuperar un poco del sueño perdido es tomar una siesta de 20 minutos de duración, lo cual podría ser la opción para las pérdidas que genera la falta de sueño en un mundo conectado 24/7, al menos en Australia donde el daño suma miles de millones de dólares.

Se trata de una siesta de alrededor de 20 minutos evitando caer en el sueño profundo, explica.

Una siesta de mayor duración puede ser más benéfica, pero despertarse del todo puede tomar en algunas personas hasta otros 20 minutos, añadió.

El sueño de mala calidad o su ausencia tiene fuertes repercusiones económicas. Un informe en 2014 de la consultora Deloitte Access Economics mostró que las pérdidas anuales para la economía australiana sumaban tres mil 853 millones de dólares.

Por ello tiene sentido que empresas como Google, KPMG, BHP Billiton e iSelect instalen sitios que permiten tomar siestas, señala un reporte de Radio Nacional de Australia. Una empresa neoyorquina ya diseña sillones confortables y estéticos que permiten a su usuario siestas de 20 minutos en la posición de gravedad cero, e incluso con programación de luces y vibraciones para relajarse.

El diseño clásico viene en colores blanco y gris, pero se puede solicitar el color que el cliente escoja para combinar con el ambiente del trabajo, señala la publicidad.

Hillman agrega que el hecho es que dormir causa enorme presión en las sociedades actuales, sobre todo en las de economías avanzadas con su requisito de interconexión 24 horas todos los días de la semana.