Después de más de dos décadas retorna a CDMX

Marco Muñoz

La puesta teatral Un tranvía llamado deseo representa la década de los años cuarenta del siglo pasado pero la trama es vigente. Una mujer que ha dejado atrás su juventud, también parece que no puede salir de ese pasado ominoso, es Blanche Dubois (Mónica Dionne), quien decide visitar a su hermana Stella Dubois (María Aura) pero la visita se prolonga indefinidamente, entonces Stanley Kowalski (Marcus Ornellas), el esposo de Blanche, un tipo hosco y violento, se da a la tarea de conocer más sobre el pasado de su cuñada Blanche, quien le había relatado a su hermana que la familia Belle Reeve había perdido una antigua propiedad. Rodrigo Murray encarna a Harold Mitchell y el reparto lo complementan Héctor Sandoval, Daniela Rodríguez, Luis Montalvo, Omar Saavedra, Angélica May y Rebeca Roa.

La historia cumple con excelentes actuaciones, así como el vestuario y la escenografía. La puesta la dirigen Iona Weissberg, quien ve este trabajo “mucho más perverso y menos poético de lo que generalmente se presenta. Vemos en la obra a un marido que le pega a su mujer y ella lo aguanta, a una señora que se acuesta con uno de sus alumnos, gente alcohólica. Es un mundo muy degradado que generalmente se presenta desde una perfectiva más lírica. Lo que nosotras tratamos de hacer es cómo se ve esto a principios del siglo XXI”, y, por parte de Aline de la Cruz, menciona: “Hay una parte de nosotros en que estas perversiones retumban en la conciencia colectiva. Creo que por eso la obra sigue siendo vigente, aunque nos pega de manera distinta”.

La clásica Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, es una obra que, acierta Rodrigo Murray, “hay que quitar ese aire de seriedad y solemnidad que rodea a la obra”, lo que sin duda acercará a todo público.

Un tranvía llamado deseo se presenta a partir del 3 de marzo y hasta el 30 de abril en el Teatro Helénico. Las funciones son los viernes a las 20:30, sábados 18:00 y 20:30 y domingos 18:00 horas.

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