Con el nuevo modelo educativo que pretende aplicarse formalmente en el ciclo escolar 2018-2019, el gobierno federal busca que la educación pública vuelva hacer orgullo de México.

Se dejará atrás la memorización, y esto significa que aprendan a pensar y a discernir, a diferenciar los contenidos de lo que importa y no importa desde internet. “Se acabaron los dictados, y los repeticiones mecánicas”, señaló Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública.

El nuevo modelo para que los niños “dejen de memorizar y aprendan a aprender” contempla cambios significativos como:  reducir contenidos,  privilegiar la comprensión del lenguaje y de las matemáticas por encima de la memorización e incluye clases de inglés y de habilidades socioemocionales de manera obligatoria.

En entrevista con Milenio, Javier Treviño, subsecretario de Educación Básica de la SEP, señaló que  “este método de enseñanza se estrenará en el ciclo escolar que inicia en agosto de 2018, con nuevos libros de texto que serán elaborados a partir del próximo mes de abril por diferentes grupos de expertos”.

Además, aseguró que el nuevo modelo otorga autonomía de gestión y curricular a las escuelas públicas desde el nivel básico hasta medio superior y fomenta la participación de los padres de familia en la decisión de un porcentaje de las asignaturas que se impartirán a sus hijos.

Por primera vez –dijo- se articula de manera coherente los contenidos educativos de la secundaria con los de bachillerato, con lo que se establece un marco curricular común para la educación media superior, el cual no existía.

Los programas y planes de estudio que se deriven, modificarán la manera en que actualmente aprenden unos 32 millones de niños y jóvenes en México, de los cuales 26 millones estudian primaria o secundaria y seis millones, el bachillerato.

A partir de abril y durante un año, la SEP iniciará un programa de capacitación de maestros para que conozcan el nuevo modelo educativo, los nuevos planes y programas, y se empiecen a familiarizar con los materiales y la autonomía curricular de las escuelas, explico Treviño.

Además de que los profesores tendrán que capacitarse para impartir clases de inglés, para lo cual se destinará un presupuesto especifico, y a mediano plazo, se deberá modificar  su formación desde las normas para que las generaciones futuras estén listas para enseñar el idioma extranjero, pues actualmente, en las más de 450 normales del país, menos de mil personas enseñan inglés a los futuros docentes.