Park Geun-hye está fuera del poder. ¿A quién nos referimos? Nada más a la presidente de Corea del Sur, quien fue destituida por un escándalo de corrupción con una amiga llamada Choi Soon-sil que, según comentarios de la prensa, ejercía amplio poder síquico en ella y por esta razón se ganó le mote de “Rasputin surcoreana”.

La Asamblea Nacional en Seúl aprobó este viernes la suspensión automática de sus funciones por 234 votos, esto es 34 más de los 200 que necesitaba para salir adelante y sólo 56 en contra. La ahora ex mandataria está acusaba de cargos que van desde el abuso del poder hasta la negligencia en la protección de la vida de los ciudadanos, aspectos que son considerados como violaciones a la Constitución.

El Tribunal Constitucional puede tardar hasta seis meses para ratificar la destitución. Mientras tanto, el primer ministro, Hwang Kyo Ahn, quedará a cargo del gobierno hasta que el Tribunal Constitucional decida la legalidad de la moción de censura, la cual fue apoyada por los tres principales partidos de la oposición, incluyendo a docenas de legisladores del propio partido de Park, el conservador Saenuri.

Hwang es un ex fiscal que deberá asumir las riendas del país en medio de diversos desafíos como el programa militar norcoreano, la presión china contra el escudo antimisiles estadounidense THAAD que Corea del Sur tiene previsto desplegar en su territorio o el auge mundial del proteccionismo con Donald Trump.

Tras la votación que la apartó del poder, Park sólo pidió disculpas por haber “creado este caos nacional con mis descuidos”, pero no reconoció haber cometido falta alguna.

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