BERNARDO GONZALEZ SOLANO
La Nobel de Literatura 1996, la escritora polaca Wislawa Szymborska (Polonia, 1923-2012), en uno de sus recordados poemas escribió que la cebolla “es cebolla hasta la médula”, y no se equivoca. Por más telilla que le quites, no será más que cebolla. Parodiando a un poeta de mi tierra, la cebolla es cebolla de la “periferia al centro”. Así sucede con Donald Trump: en muy poco tiempo se comprobó que el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos de América (EUA), aparte de detentar tan honroso cargo, es un mentiroso irredento, que no puede separar su mundo de mentira de la verdad que lo denuncia. Emulo del propagandista nazi Joseph Goebbels que cree, a pie juntillas, que con solo repetir y repetir centenares de veces una mentira ésta se convertirá en verdad, como por arte de birlibirloque. En poco más de un mes, Trump demostró que su principal “gracia” es mentir, por boca propia o por Twitter. Trátese de lo que se trate o de quién sea. Lo peor del caso es que cuando lo pillan en la mentira, con el peor descaro recurre a una salida fácil: “es una cacería de brujas”. Lo mismo podía decir: “es un compló”, como abunda el propietario del rancho “La chingada”.
Y al Twitter nuestro de cada día: “!Terrible! Me acabo de enterar de que Obama me intervino los teléfonos en la Torre Trump antes de ganar las elecciones. No encontró nada. !Es macartismo!”…Y le siguieron estos otros: “Novedad: el mismo embajador ruso que se reunió con Jeff Sessions visitó a Obama en la Casa Blanca en 22 ocasiones y cuatro de ellas el año pasado”…”Es legal que un presidente en ejercicio intervenga los teléfonos en una campaña. Eso ya lo han rechazado los tribunales. !UN NUEVO MÍNIMO!”…”Apuesto a que sería un gran caso para un buen abogado que el presidente Obama me interviniera el teléfono en octubre, justo antes de las elecciones”…”Qué bajo cayó el presidente Obama al intervenir mis teléfonos durante el sagrado proceso electoral (sic). Eso es Nixon/Watergate. Un mal tipo (o un enfermo)!”…
Just out: The same Russian Ambassador that met Jeff Sessions visited the Obama White House 22 times, and 4 times last year alone.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 4, 2017
Al paso del tiempo, Trump ha cambiado de blancos. No se olvide que esta andanada de tuits las envía cuando el nuevo mandatario estadounidense vive envuelto en el escándalo del espionaje ruso por lo que necesitaba urgentemente una válvula de escape y qué mejor que enfilar las baterías en contra de un viejo enemigo, el expresidente Barack Obama al que durante cinco años acusó de haber nacido fuera del territorio “americano”. Daba igual que fuese mentira. Hasta que el mestizo mandatario presentó el original de su acta de nacimiento en Hawai. Esta “ofensa” nunca se la perdonaría el magnate. Por eso ahora vuelve a sacar los espectros del armario y trata de emporcar la figura del primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca. El ataque no tiene precedentes. Trump “acaba” de descubrir que en su campaña fue sometido a escuchas ilegales por parte del mandatario demócrata, según dice, sin aportar ninguna prueba, pese a lo grave del asunto. Como ha sucedido en otras ocasiones, la “fuente informativa” del infundio puede ser cualquier publicación o comentario aparecido en sus medios preferidos, como sucedió con su declaración de que Suecia era víctima de los ataques terroristas. Todo por un reportaje sensacionalista que publicó Fox News sin mayores fundamentos.
My statement as to what's happening in Sweden was in reference to a story that was broadcast on @FoxNews concerning immigrants & Sweden.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 19, 2017
De una u otra forma, el hecho es que las mentiras o acusaciones infundadas de Trump, se han vuelto un espectáculo mediático que inmediatamente dan la vuelta al mundo. Según el periódico The Washington Post, en los primeros 45 días de haber llegado a la Casa Blanca, el mendaz magnate ha dado a conocer “194 alegaciones falsas o engañosas”. La más reciente tuvo lugar el sábado 4 de marzo contra su antecesor, a quien acusó, sin pruebas, de intervenirle el teléfono durante la campaña electoral de 2016. Los expertos afirman que el “rojo” gigantón continúa inmerso en su propia batalla –ya no electoral–, sino por la opinión pública y hará todo lo que pueda para imponer su perspectiva del mundo, sin importarle que esa visión sea falsa y extravagante. El analista Mark Carl Rom, vicedecano de Asuntos Académicos de la escuela McCourt de Política (Universidad de Georgetown), entrevistado por la agencia EFE, dijo: “Trump busca ganar y no piensa dejar que los hechos se interpongan en su camino. Si los hechos están de su lado, los usará. Si no, se los inventará”. Y Michael Kazin, profesor de historia de la propia universidad, declaró a la misma agencia: “Todos los políticos intentan poner la verdad a su favor, pero nunca antes hubo en EUA un presidente que dijera mentiras tan evidentes bien en Twitter o ante la prensa”…”Pero los líderes políticos suelen ser muy sofisticados con eso. Lo que sorprende de Donald Trump es que dice cosas que pueden ser probadas fácilmente como falsas”.
Is it legal for a sitting President to be "wire tapping" a race for president prior to an election? Turned down by court earlier. A NEW LOW!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 4, 2017
De tal suerte, lo peor que puede suceder es que el gobierno de Donald Trump termine por disponer políticas basadas en interpretaciones falsas de la realidad, algo que tendría consecuencias nefastas para todo el mundo, no solo para la Unión Americana, de acuerdo a la opinión de los especialistas de la citada universidad. El hecho es que el nuevo mandatario ha conformado su gabinete con personajes que prácticamente no le discuten sus ideas de extrema derecha, racistas y misóginas, mismas que son difundidas por medios extremistas como Breitbart, una web que fue dirigida por el actual jefe de estrategia de la Casa Blanca, Steve Bannon, que ejerce la mayor influencia sobre el sucesor de Obama.
Trump, dicen sus allegados, no duerme más de cuatro o cinco horas diarias. El sábado 4, empezó sus diatribas “tuiteras” a las 6.26 horas. Y regresó a la red social a las 8.19 horas para inmiscuirse en su viejo trabajo, el reality show, “El aprendiz”, donde fue relevado por el actor y ex gobernador de California, el viejo Mister Universe, Arnold Schwarzeneger, que tuvo que salir de la famosa emisión porque no tenía el raiting suficiente. Al parecer, un asunto de tanta importancia que requiere la opinión de un mandatario estadounidense. Como si EUA no tuviera suficientes problemas. Pero, ya se sabe, Trump es Trump, como la cebolla, y no va a cambiar su ridícula forma de proceder. Lo que le importa es el escándalo, como cuando dió a entender que el juez conservador del Tribunal Supremo, Antonin Scaglia había sido asesinado.
Arnold Schwarzenegger isn't voluntarily leaving the Apprentice, he was fired by his bad (pathetic) ratings, not by me. Sad end to great show
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 4, 2017
Sus “comentarios” –que muchos ya califican como pérdida de tiempo para un Presidente de la Unión Americana, el “hombre más poderoso del planeta”–, dicen los estudiosos del fenómeno Trump, son “inyecciones de moral” para sus seguidores, entre los que se refuerza la idea de que el magnate está, él solo, “luchando contra el sistema”. Y abundan los que se la creen. Sus lecturas periodísticas son pocas, sobre todo las que lo apoyan como Breibart News, la web oficiosa de la derecha alternativa (alt right). El caso es que ya como titular del Poder Ejecutivo de EUA, Trump apenas ha cambiado en sus insultos contra todos los que se oponen a sus disposiciones. Continúa usando los hechos alternativos, un término “elegante” para eludir la palabra “mentiras”.
Pese a las reacciones en contra –incluso de personajes republicanos–, el Presidente Trump no ha dado marcha atrás en sus acusaciones contra el expresidente Obama. El portavoz oficial, Sean Spier, anunció el domingo 5 que el mandatario pide que como parte de la investigación sobre los “contactos rusos” de varios de los miembros de su gabinete con la jerarquía moscovita, los comités de inteligencia del Congreso apliquen su autoridad de supervisión para determinar si los poderes del brazo Ejecutivo fueron abusados en 2016 por órdenes del propio Obama. En tales circunstancias, el periódico The New York Times informó el domingo 5, que el director de la FBI, James Comey, pidió al Departamento de Justicia que desmintiera la acusación de Trump contra Obama.
El director del FBI, James Comey, pidió al Depto. de Justicia rechazar los dichos de Trump que Obama ordenó la intervención de sus teléfonos https://t.co/Iq4P0v3A30
— US Election 2020 (@Eleccion_USA) March 6, 2017
De acuerdo a la versión del nuevo presidente, supuestamente su antecesor habría recibido incluso una negativa judicial de grabar las conversaciones telefónicas del magnate antes de asumir la Presidencia, pero que la desobedeció de manera flagrante. Por eso Trump en su tuit se refirió al “caso Watergate” y al “macarthysmo”. La versión original Trump la habría recibido de Mark Lervin, director de un programa de radio ultraconservador. Luego la ya citada Breitbart News amplió los hechos “asegurando” que el gobierno Obama había buscado y obtenido autorización para instalar micrófonos ocultos y que, pese a no encontrar ningún indicio de conducta ilegal, continuó vigilando al candidato republicano a la Casa Blanca. Además, según las mismas fuentes, la administración anterior habría relajado las normas de seguridad de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), de tal forma que la información pudiera llegar a civiles y se filtrara a la prensa.
Por su parte, el expresidente Obama negó que él o alguien de su gobierno hubieran solicitado una orden para grabar las conversaciones de Donald Trump desde la torre de sus oficinas en Nueva York. Kevin Lewis, portavoz de Obama, afirmó: “Una regla cardinal de la Administración de Obama consistió en que ningún empleado de la Casa Blanca interferiría en ninguna investigación independiente llevada a cabo por el Departamento de Justicia”. Y, uno de los asesores que fueron más cercanos al ex mandatario, Ben Rhodes, respondió a Trump en Twitter”: “ningún presidente puede encargar una grabación. Esas restricciones se establecieron para proteger a los ciudadanos de personas como usted”. En fin, ese tipo de peticiones en EUA, solo las puede hacer el poder judicial, nunca el ejecutivo. Pronto se sabrá la verdad. VALE.
No President can order a wiretap. Those restrictions were put in place to protect citizens from people like you. https://t.co/lEVscjkzSw
— Ben Rhodes (@brhodes) March 4, 2017
Terrible! Just found out that Obama had my "wires tapped" in Trump Tower just before the victory. Nothing found. This is McCarthyism!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 4, 2017