Ahora van contra el Zócalo

José Alfonso Suárez del Real y Aguilera

La ingratitud es hija de la soberbia. Cervantes

Como respuesta a la solicitud hecha por un grupo de ciudadanos, respecto al restablecimiento de la autorización a los Guardianes de la Tradición Mexica que a lo largo de lustros han utilizado la explanada de la Plaza de la Constitución para celebrar sus ancestrales rituales, como parte de su cultura, el pasado 27 de julio de 2016 fue aprobado por la Sesión Permanente de la Asamblea Legislativa un exhorto al gobierno capitalino a efecto de que informe acerca del proyecto de remodelación y readecuación del Zócalo en este año 2017.

Como una muestra más del desprecio que el Poder Ejecutivo local le prodiga al Legislativo, y con mayor saña a la oposición, la información requerida no fue enviada oficialmente y esta semana nos hemos enterado de que el Gobierno de la Ciudad emprenderá trabajos de remodelación con un costo de 150 millones de pesos, recursos públicos con los que se pretende ampliar la “plancha” en cuatro metros, instalar un sistema de “anclaje” para el armado y sostenimiento de “carpas”, una red de electricidad para la realización de los diversos espectáculos que en ella se llevan a cabo y un sistema de información táctil para invidentes.

En la presentación de dicho proyecto, encargado a la autoridad del espacio público para su ejecución, se indicó que estas acciones permitirán generar mejores condiciones de optimización del espacio público, lo que en realidad confirma la sospecha de que se está transformando la plaza cívica en el espacio más rentable de la ciudad destinado a ferias, exposiciones y espectáculos públicos.

Con el fin de cubrir las apariencias, la secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, señaló que es el Instituto Nacional de Antropología e Historia quien tiene la facultad de autorizar o no el proyecto referido, y ello pasa no solamente por los terminados, la paleta cromática y la iluminación de los monumentales edificios que enmarcan la Plaza, sino también por su vocación original de espacio público.

Por más que juren que se trata de una necesaria adecuación a la multiplicidad de funciones del espacio público, y que en él las diversas actividades son gratuitas, nadie pone en tela de juicio que ese tipo de actividades sí generan ganancias económicas a expositores y organizadores, y, ni duda cabe, representan una oportunidad de negocio para la zona en general, pero lo que a nadie escapa, es la pérdida de un espacio destinado al ejercicio de libertades políticas y democráticas desplazadas por el esquema de frivolización al que el “mancerismo ilustrado” está llevando a la ciudad.

En línea con esta “ilustración” desenfrenada, se ha difundido la noticia de que este año el Zócalo será escenario del World Rally Car, actividad de deporte extremo que dudamos reciba la venia del INAH para su realización.

Constatar los agravios del gobierno capitalino hacia lo público, da plena vigencia al pensamiento cervantino, pues la ingratitud hacia la ciudad es hija de la soberbia de sus gobernantes.

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