En en relleno sanitario “El Basurón”, en Culiacán, Sinaloa, decenas de pepenadores buscan el sustento de su familia entre las inmensas pilas de basura. Pareciera que su nariz es inmune a los olores de los desperdicios de donde recolectan objetos reciclables como botellas de plástico, PET, ropa o cartón para vender. Luego de quedar desempleada, la señora Dolores decidió dedicarse a la pepena. Actualmente, lleva alrededor de 10 años acudiendo al relleno sanitario como trabajo diario. “No es un trabajo fácil; sin embargo, alcanza para mantener a la familia”.

>>Fotografías de Rashide Frías a través de la agencia Cuartoscuro<<