Aún hay locos. Cinco creadores en su tinta

René Sánchez García

Xalapa, la capital de Veracruz, ha sido desde tiempos lejanos, lugar de encuentro, residencia y formación de infinidad de intelectuales, artistas, poetas, compositores, escritores y docentes, que con su imaginación, creatividad y trabajo, han construido no sólo corrientes teóricas artísticas y literarias en sus diversos saberes, sino primordialmente, importantes puentes de enlace para difundir y dar continuidad al producto o esencia de esa curiosidad interior, de esa pasión personal y de esa razón única de vida.

Precisamente el año pasado, el Instituto Veracruzano de la Cultura, dentro de su colección “Voladores”, le editó a Luis Barria (arquitecto de profesión y promotor cultural por vocación), una fabulosa recopilación de entrevistas, bajo el título de Aún hay locos. Cinco creadores en su tinta, donde los veracruzanos: Francisco Beverido, Juan Hernández Ramírez, Víctor Ruiz Palacios y Alejandro Schwartz, así como Miguel Fermatt (este último nacido en la Ciudad de México), expresan a manera de historia de vida, todo eso que tiene que ver con su pensamiento y trabajo creativo en las artes.

Así, estos cinco personajes, todos ellos vinculados con el quehacer artístico y cultural de la Universidad Veracruzana, nos relatan a detalle, todo aquello que ha sucedido en su vida profesional relacionada con el teatro, la poesía indígena, el jazz, la danza y la fotografía, respectivamente. No se trata de un listado de su currículum con datos y fechas, son más bien las andanzas vividas por cada uno de ellos, siempre con el objetivo primordial de enriquecer a diario su campo de trabajo, pero también, difundirlo y hacerlo llegar a los otros que no saben.

Bien dice Luis Barria (columnista de El jazz bajo la manga en Formato Siete) en el Íncipit de éste libro: “Aún hay locos que intentan lo imposible: cultivar en el desierto, arar los mares, capturar la luz en un frasquito para llevarla a las más lóbregas cavernas y decorar con sus colores los suelos, las paredes y los cielos, y lo logran casi siempre”. Pues bien, en Aún hay locos. Cinco creadores en su tinta (México 2016, IVEC, 119 pp.) el compilador añade: “El conocimiento es siempre un camino que conduce a la felicidad, mientras más sabemos de un artista, mejor entendemos su obra y más la disfrutamos”. Estoy casi seguro que por allí aún quede algún loco lector que se atreva a entrar a las páginas de este interesante libro y sueñe por un instante lo que en algún momento en la historia del hombre se llamó felicidad.

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