Entrevista con Laura Sánchez Ley/Autora de Aburto

Paulina Figueroa

Eran las 5:12 de la tarde del miércoles 23 de marzo de 1994 y Luis Donaldo Colosio, el hombre que habría de gobernar México en el periodo 1994-2000, moría a balazos en plena campaña electoral sobre la tierra pedregosa, de una colonia marginal llamada Lomas Taurinas en Tijuana.

Un grito desgarrador retumbó más allá y atrajo la atención de la gente. Hacia el norte, a tres metros de la escena, seis elementos de seguridad brincaron el cuerpo inmóvil del candidato priista y detuvieron a un joven delgado de chamarra negra al que violentamente jalaron y apretaron contra el piso con las rodillas sobre su espalda. Alguien gritó: “¡Desgraciado, asesino!”.

La periodista Laura Sánchez Ley tenía tan en ese entonces sólo seis años de edad cuando en las noticias se escuchaba el nombre de Mario Aburto Martínez, el “asesino solitario” del candidato a la presidencia por el PRI, Colosio.

A 23 años del magnicidio que conmocionó a México, Sánchez Ley, originaria de Tijuana, Baja California, saca a la luz Aburto. Testimonios desde Almoloya, el infierno de hielo, México, Grijalbo, 2017, un libro con el que pretende dar a conocer la otra cara del joven de 22 años que casi muere linchado por los seguidores de Colosio. Afirma para Siempre! que no cree en la inocencia del magnicida: “Creo que ese día estuvo ahí; creo que accionó el arma”.

 

Su familia es muy recelosa

¿Cómo surge la idea de escribir Aburto?

Me di cuenta de que no sabía nada de Mario Aburto excepto lo que el gobierno insistía en trasmitir a través de la prensa oficialista. Después, me fui a la colonia Lomas Taurinas, me paré enfrente de la primaria y secundaria en donde hay un monumento de Colosio y realicé un ejercicio: comencé a preguntarle a los muchachos si sabían quién era Aburto y si sabían quién era el de la estatua. No sabían. A pesar de tenerlo ahí no conocían nada del magnicidio. Y ahí empieza mi interés por realizar el libro, comencé a revisar y a buscar a la familia de Aburto hasta que logré entender quién es este personaje.

¿Qué pretendes con este libro a 23 años del asesinato más polémico de la historia reciente del país?

Comprobar que Aburto está vivo, pero también me gustaría que esta petición llegara a las autoridades, que respondieran esta incógnita. También quiero presentar a un Aburto desconocido, no quiero victimizarlo, ni satanizarlo como lo hicieron ellos. Simplemente quiero presentar a esa figura importante a través de grabaciones, de material que nunca ha visto la luz, conocer el testimonio de una persona a la que nunca se le dio una oportunidad justa de hablar.

¿Cuál fue tu percepción al conocer a la familia de Aburto?

Es una familia muy recelosa, tienen mucho miedo de lo que venga de México. Conocí a Rubén Aburto, papá de Mario, un hombre con problemas de salud, depresión y contratiempos financieros. Los hermanos más chicos prefieren esconder el nombre de Mario Aburto, es un tema muy difícil para ellos, no les gusta recordarlo. Es una familia complicada y que aún atraviesa un proceso de duelo. Con la persona que tuve más acceso fue con Alma Aburto, su cuñada y gran amiga, además de que ha sido la única de la familia que lo visitó en el penal después de su reclusión. Es ella quien me empieza a contar muchas cosas de Mario.

Laura Sánchez Ley

Tres mitos

¿Cómo describirías a Aburto?

Aburto tenía 22 años cuando asesinó a Colosio, era un persona muy joven, era un chico que todavía veía caricaturas, tenía asignado cuidar a su madre y a su hermana menor, Karina. Era un chico que estudiaba una carrera técnica en Tijuana y a la par trabajaba en un maquiladora, era un chico como cualquier otro, con una rutina. Tenía una novia, Alma. Ya encerrado, se mete mucho a la lectura, ha leído 500 libros durante estos años y a través de las cartas podemos darnos cuenta de que es un hombre muy educado. Es fanático de Gabriel García Márquez, la única clase que toma regularmente es pintura y realiza cuadros que vende en 400 pesos. Es un hombre cuya única preocupación es que no asesinen a su familia.

De haber podido entrevistar a Aburto, ¿qué le hubieras preguntado? ¿Cómo te imaginas ese encuentro?

Soñé por años ese momento. Me hubiera gustado preguntarle: ¿qué ha hecho todos estos años?, ¿cómo ha sido su vida?, ¿cómo se sintió al saber que sus sobrinos, los que más ama, se enteraron de que está en prisión?, ¿qué se siente comer todo los días lo mismo? Desde 1994 ha ido perdiendo la vista, le hubiera preguntado: ¿qué siente de no poder leer? Tal vez después hubiera entrado más en detalle sobre el asesinato. No lo hubiera satanizado.

A 23 años de los hechos, ¿cuáles son los principales mitos?

El principal mito comienza en el lugar de los hechos, en donde se dice que Mario Aburto disparó, y no tengo duda de que disparó. No creo que haya sido el único, hubo dos impactos de bala sobre Colosio y esa versión la callaron. Otro gran mito sucede cuando en la presentación frente a los medios, en Almoloya de Juárez, vemos a un Mario Aburto muy diferente. La familia sospecha que no fue Mario al que presentaron, ya que estaba tan golpeado e inconsciente que tuvieron que presentar a otra persona. El tercer gran mito lo planta la familia: no han visto a su hijo. Hasta la fecha dudan de que las veces que han hablado con Mario sea realmente su hijo.

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