Gerald A. Cohen

Patricia Gutiérrez-Otero

Filósofo analítico y partidario del igualitarismo, Gerald A. Cohen (1941-2009) nació de padres inmigrantes en Montreal, Canadá, donde se crió en un medio de trabajadores imbuido de marxismo y arraigado en un judaísmo no religioso. Su inquietud intelectual lo hizo estudiar filosofía en McGill y posteriormente en Oxford. Ahí también ocupó la cátedra Chichele de Teoría social y política en el All Souls College hasta su jubilación. Entre sus alumnos más conocidos están Will Kymlicka, Michael Otsuka, Seana Shiffrin. Su pensamiento se desarrolló en particular en la filosofía política, aunque cada vez más se orientó hacia la necesidad de un ethos común como elemento necesario de toda sociedad.

Cohen desarrolló su pensamiento teniendo como tela de fondo el marxismo que mamó desde su infancia, aunque en una forma ligada aún con el estalinismo en relación con el cual él desde joven pintó su raya, y utilizando las herramientas rigurosas de la filosofía analítica. En el andar de su posición filosófica tuvo confrontaciones teóricas con pensadores liberales como Robert Nozick y John Rawls con quien se enfrenta de manera decisiva en su libro Al rescate de la justicia y la igualdad (en proceso de traducción al castellano).

En castellano se han traducido algunas de sus obras como La teoría de la historia de Karl Marx (Siglo XXI, 1986), Si eres igualitarista, ¿por qué eres tan rico? (Paidós, 2001), ¿Por qué no el socialismo? (Katz editores, 2011); sin embargo, en América Latina su pensamiento es poco conocido. Agradecemos que la revista Unidiversidad de la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) haya dedicado su número más reciente a este filósofo que permite pensar qué es y cómo vivir la igualdad en una sociedad en la que es inevitable que juegue lo que Cohen llamó el igualitarismo de la suerte: esas dotes que uno recibe sin haber tenido ni méritos ni fallas para merecerlas y que se ligan con la peor o mejor posición social y económica.

El número de Unidiversidad presenta autores mexicanos y extranjeros. Entre los mexicanos encontramos al economista Julio Boltvinik, entusiasta lector de Cohen, y al también economista y literato, Miguel Maldonado, quien se contó entre el número de sus estudiantes. También en el ámbito latinoamericano hay un esclarecedor artículo del filósofo uruguayo Agustín Reyes Morel sobre la reciprocidad y eticidad no sustancial. Entre los colaboradores no latinos de este número tenemos un texto directo sobre Cohen y su posición filosófica que escribió en el momento de su muerte uno de sus discípulos más cercanos, Michael Otsuka. Así mismo, el filósofo canadiense Will Kymlicka ofrece un estudio sobre el liberalismo de izquierda, y la filósofa Christine Sypnowich dos excelentes reflexiones sobre la conciencia igualitaria y la mendicidad.

El igualitarismo de Cohen tiene tres fuentes: el marxismo clásico, el liberalismo igualitarista (John Rawls), y, más tardíamente, la “tendencia igualitarista dentro del cristianismo”. Cito, para cerrar, al mismo Gerald Cohen:

[…] he abandonado mi creencia marxista en la inevitabilidad de la igualdad. […] también rechazo la fe liberal en que las recetas políticas son suficientes. Ahora creo que es necesario un cambio en la actitud social para producir la igualdad, un cambio en las actitudes que la gente muestra hacia los demás en la vida diaria y esta creencia me acerca más de lo que hubiese esperado a la perspectiva cristiana de estos asuntos que una vez menosprecié. (Si eres igualitarista…).

Al final del camino la igualdad para Cohen no es cuestión de progreso histórico ni de estructuras políticas, sino de la implicación personal y social de la gente. La argumentación analítica del porqué está en sus libros.

Además opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés y la Ley de Víctimas, que se investigue Ayotzinapa, que trabajemos por un nuevo Constituyente, que se respete la educación, que Graco sea destituido, que recuperemos nuestra autonomía alimentaria y nuestra dignidad.

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