El impacto de meteoritos marcianos en la Tierra

René Anaya

Los alquimistas de la Edad Media buscaron sin éxito la piedra filosofal capaz de transmutar cualquier metal en oro; en contraste, científicos de la Universidad de Nevada, en Las Vegas, parece que han encontrado la piedra filosofal que podría cambiar las concepciones sobre el pasado de Marte.

Se trata de un experimento que se realizó en laboratorio, simulando las condiciones de los impactos de los meteoritos marcianos en la Tierra, que por esas fuertes colisiones pudieron transformar un mineral rico en hidrógeno, presente en Marte, en otro anhidro, o sea sin ese elemento, que ha llevado a pensar que Marte en el pasado fue un planeta seco. Podría decirse que se trataría de la piedra filosofal marciana, que transmutaría la idea de un Marte seco en el pasado, a uno con suficiente agua, que podría haber propiciado el surgimiento de la vida.

 

Un choque inesperado

Aunque desde hace muchos años la imaginación popular ha poblado a Marte de seres inteligentes, en realidad no se han encontrado evidencias de que en algún tiempo el planeta rojo haya contado con una forma de vida basada en la bioquímica terrestre.

Por supuesto que han sido pocas las misiones enviadas al suelo marciano en búsqueda de indicios de vida, por lo que no se ha descartado que actualmente haya formas biológicas o que en algún momento de su evolución haya albergado seres marcianos. Lo que sí se ha logrado es acumular una serie de datos que parecen probar que hubo ciertas condiciones propicias para que floreciera la vida.

Una de las más recientes evidencias es la investigación encabezada por Christopher T. Adcock y Oliver Tschauner, del Departamento de Geociencias de la Universidad de Nevada, Las Vegas, publicada en Nature Communications, el 6 de marzo de este año, bajo el título Shock-transformation of Whitlockite to Merrillite and the Implications for Meteoric Phosphate (Transformación por impacto de whitlockita a merrillita y las implicaciones para el fosfato meteórico).

En ese trabajo se plantea que como los meteoritos son las únicas muestras disponibles en la Tierra para estudiar otros planetas, los minerales de los meteoritos son elementos clave para conocer mejor nuestro sistema solar. En esas condiciones, el mineral merrillita, que es muy raro en la Tierra pero que se encuentra habitualmente en los meteoritos marcianos, resulta de particular interés.

Este mineral es anhidro, por lo que ha sido tomado como evidencia de que la limitada agua líquida en Marte. Sin embargo, Adcock y colaboradores han señalado que la merrillita pudo haberse originado del gran choque que experimentaron los meteoritos, los cuales, se supone, originalmente tenían otro mineral, la whitlockita.

Un golpe seco contra la vida

Se sabe que la whitlockita (nombrada así en homenaje a su descubridor, el mineralogista estadounidense Percy Whitlock) es un fosfato raro, que se encuentra en algunas minas, más rico en hidrógeno que la merrillita. Entonces, con una solubilidad más alta, el fosfato puede, potencialmente, producir reacciones prebióticas o bióticas.

La hipótesis de Adcock y colaboradores sobre la gran colisión de meteoritos la reprodujeron en condiciones de laboratorio, por medio de una whitlockita sintética a la que sometieron a impactos con láminas de metal disparadas desde un cañón de gas presurizado a una velocidad de alrededor de 2 mil 700 kilómetros por hora, a presiones 363 mil veces mayores a las que soporta un balón de basquetbol. De esa manera simularon las condiciones en las que las rocas escaparon de la fuerza gravitatoria de Marte.

El resultado de esas fuertes colisiones fueron cambios en la whitlockita que los investigadores estudiaron con rayos X tanto en la sección de Advanced Light Source (Fuente Avanzada de Luz) del Laboratorio Nacional de Berkeley, como en la sección Advanced Photon Source (Fuente Avanzada de Fotones) del Laboratorio Nacional de Argonne.

Los experimentos mostraron que la whitlockita se deshidrata en esos choques y forma merrillita, el mineral que se encuentra comúnmente en los meteoritos marcianos. Lo relevante es demostrar que una parte de la whitlockita se transformó en merrillita, ya que ese cambio modificaría drásticamente las estimaciones de la cantidad de agua que hay en Marte, ha señalado Oliver Tschauner.

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Asimismo, Martin Kunz, coautor del estudio, ha considerado que “esto es importante para deducir la cantidad de agua que podría haber habido en Marte, y si el agua era del planeta o provino de cometas y meteoritos”.

A partir de esas investigaciones, los autores consideran que un paso trascendental para confirmar o descartar su hipótesis sería estudiar una roca marciana que fuese transportada a la Tierra para su estudio. De esa forma se podría saber más sobre el pasado y presente del agua en Marte y no se seguiría especulando con la merrillita como una nueva piedra filosofal.

Nota: la imagen muestra una región de Marte, de febrero de 2107, tomada por la nave Curiosity Rover y que ilustraría que el planeta rojo pudo haber tenido las condiciones propicias para favorecer la vida. Aquí habría existido un lago.

reneanaya2000@gmail.com

f/René Anaya Periodista Científico

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