Durante años, diversos países de la Unión Europea han tratado de armonizar sus leyes con las costumbres extranjeras. Esto ha traído muchas veces enfrentamientos entre comunidades religiosas que consideran afectados sus derechos en países occidentales. Este martes, el Tribunal de Justicia del bloque europeo, con sede en Luxemburgo, respaldó la prohibición del uso del velo islámico también llamado hiyab y lo hizo extensivo a los lugares de trabajo.

Según la institución europea, “el impedir a la trabajadora utilizarlo no constituye una discriminación directa por motivos de religión o convicciones”, lo cual se basa en que las empresas cuentan con un reglamento interno que impide a los trabajadores la exhibición de cualquier símbolo. Esta situación surgió debido a que se reportó el despido de la recepcionista Samira Achbita, quien perdió su trabajo en Bélgica tras expresar su intención de llevar velo durante la jornada laboral. El Tribunal dictó que es preciso “tratar por igual a todos los trabajadores de la empresa, ya que les impone en particular, de forma general e indiferenciada, una neutralidad indumentaria”.

Se abren antecedentes

Por primera vez en su historia, la justicia eurocomunitaria se involucra en un litigio sobre el uso de una prenda religiosa por parte de mujeres musulmanas, las cuales han comenzado a imponer su necesidad de respetar sus tradiciones incluso en lugares públicos como las escuelas, parques, balnearios y ahora, en los lugares de trabajo.  En caso de que prospere, esto sentaría un antecedente en jurisprudencia en favor del veto del uso de la burka en el trabajo en Europa.

La Unión Europea cuenta con un 6 por ciento de población musulmana. Hasta ahora, la decisión ha estado en manos de los jueces nacionales, quienes evalúan la proporcionalidad de prohibir el velo según sea el caso. Con esta medida, el tribunal europeo abre la puerta a vetar el uso de la prenda incluso en lugares donde hasta ahora es aceptada. A partir de ahora, los jueces pueden tener en cuenta cuestiones como la existencia o no de un reglamento interno, el tipo de actividad del empleado —si trabaja atendiendo al público— o el tamaño del símbolo religioso”.

Sólo para que lo sepan: en 2010, Francia decretó la eliminación de la burka en las escuelas públicas basado en que “el servicio público de la enseñanza superior es laico e independiente de toda empresa política, económica, religiosa o ideológica”. El Tribunal de Justicia Europeo avaló la decisión de París cuatro años más tarde. En 2016, Alemania también lo hizo mediante una propuesta para incrementar la seguridad en Alemania que incluye prohibir que mujeres musulmanas lleven un velo que cubre la cara en espacios públicos como escuelas o juzgados. La canciller Angela Merkel considera que el velo islámico es un impedimento para la integración, igualdad y dignidad de la mujer.

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