Son veintiocho mujeres (de las que esta redacción solo pudo recuperar algunas) que han alcanzado ya la altura de la popularidad y la fama. Son ellas, por una o mil razones, las más bellas y más interesantes de México. La gente habla de ellas por sus ojos -claros, pardos, obscuros, dormidos, fulgurantes-, o por sus bocas -pequeñas, jugosas, incitantes, discretas-, o también por su sensualidad impresionante o por su elegancia y hasta por su misteriosa personalidad.

Todas tienen algo que las hace diferentes y las coloca por encima de la generalidad. Desde la escena o la pantalla, desde el radio o la televisión, ellas han conquistado a los públicos de México. Todas han desfilado, a lo largo de dos años, por las páginas de Siempre! Véalas usted, lector, y juzgue por qué son las veintiocho mujeres más bellas e interesantes.

Lo perfecto. Las generaciones futuras habrían de gozar -cuando pidan que les proyecten una película de Elsa Aguirre o vean este amarillento, avejentado ejemplar de Siempre!- con la transparencia opalina de sus ojos, lo peligroso de sus curvas, lo perfecto de su rostro. Sí, porque así es de fabulosa, extraordinariamente bella.

Vertiginosa. De una peregrinación de Semana Santa, en Sevilla, se fue derechito a filmar “Locura de Amor” para marcar el principio de una carrera rutilante y vertiginosa que la ha llevado a Hollywood y a ganar el título de “La Marilyn Monroe latinoamericana”. Sarita Montiel tiene algo más que su impresionante lozana belleza. Algo…

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La Clase. Su elegancia y su categoría la han convertido en la Primera Dama del Cine. Ahí en la pantalla luminosa, es donde Dolores del Río ha dejado, para años venideros, para siempre, lo que es la clase en la mujer y en la artista. Así es Dolores del Río, mexicana, delicada, elegante…

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Cuando se escriba la historia del cine mexicano, Gloria Marín -enigmática, hermosa-, habrá de ocupar un sitio señalado. Su firme, limpia personalidad lesa ganado el aplauso de los cinéfilos y una incontable legión de admiradores en todos los públicos de habla española.

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Mary Esquivel… las turbonadas, los temporales y las palmeras…

Fascinante, arrebatadora. Tales son los calificativos más justos para Emilia Guiú, conquistadora de los públicos cinematográficos., desde hace diez años, cuando se inició en el cine. hoy ha filmado ya más de cuarenta y cinco cintas. que la han convertido en una de las estrellas de más popularidad.

El Mundo. Un día fue escogida como la más hermosa, la más perfecta mujer del mundo. Y le dieron el título de “Miss Universo”. Estas son las razones: estatura, 1.62; peso, 56 kilos; 55 centímetros de cintura; 87 de busto; 55 de muslo; 32 de pantorrilla; 21 de tobillo; 31 de cuello y 27 de brazo. Total: la perfección.

Electrizante. Con sus bailes afrocubanos sacudió a los públicos de México como antes había sacudido Africa. También Sudáfrica -todos los países-, se habían estremecido con la presencia de esta figura huracanada que el Caribe depositó en las tierras mexicanas. Su nombre: María Antonieta Pons.

Celebridad. Gloria Mestre es seguramente la más destacada bailarina mexicana que ahora sin abandonar la danza, se ha anotado otro triunfo en su carrera artística, al debutar como actriz teatral en la obra “Columna Social”. Gloria Mestre -joven, bella, con talento- es un nombre que ya está en el camino de la celebridad.

Atracción. De ella, de Lilia Prado, la prensa europea afirma que es la artista del cine mexicano más atrayentemente sensual, más provocativa, en fin, más electrizante. Los cines de Italia y Francia quisieron conquistarla, pero ella rechazó todas las ofertas. Así es ella, obsérvela, contémplela, lector.

Una figura. Cuando Silvia Derbez apareció en “Salón México” -y hasta entonces sólo había sido una excelente taquígrafa en inglés y español-. Nadie dudó que el cine había a traído a una figura de primera que tenía todo: belleza, distinción, sensibilidad, elegancia.

Luminosa. Una de las últimas, de las más brillantes adquisiciones del cine, es Anabelle Gutiérrez, que está destacándose ya como una joven actriz de insospechado porvenir. Artista teatral de niña, tiene ya, pese a su juventud, una gran experiencia y un gran conocimiento de lo que es la escena y el set. El camino de Anabelle es ancho y luminoso.

Serenidad. Cuando en las pantallas de televisión apareció por primera vez la figura de Maricruz Olivier, México asistió a un milagro: Maricruz Olivier llenó la escena de un golpe y la iluminó con resplandores geniales. Esta belleza serena, en un temperamento de vértigo, podrá llegar andando el tiempo a ser una de las artistas más extraordinarias del cine.

Telúrica. Como los huracanes, vino del Caribe. Más precisamente, de Cuba. Trajo con ella el ritmo del viento y del mar de su isla natal. 1946 marca la iniciación de su carrera cinematográfica y hoy -46 cintas lo comprueban-, es la mejor, la más electrizante, telúrica intérprete de las danzas afrocubanas.

Milagro. Una nueva voz -tan limpia, tan clara, tan mexicana-, surgió de pronto en el radio y las gentes se rindieron a ella. Era Rosa de Castilla la que había hecho el milagro de ofrecer al público un nuevo estilo y un nuevo ritmo. Pero Rosa tiene también otras cosas: es bonita y es graciosa y abrileñamente juvenil.

Excepcional. El de esta muchacha es, acaso, el mas excepcional, más sorprendente de los casos. Surgió del doblaje de “La Cenicienta”, para alcanzar, de golpe, la popularidad y la celebridad. La más versátil de todas -canta, dirige orquestas, baila, escribe, pinta-, tiene también, como virtud principal, la belleza. Así es Evangelina Elizondo.

Un estilo. Alta, espléndida, morena, de rasgos mexicanos, rotundos. Lola Beltrán dio a la canción ranchera un rumbo y le marcó una etapa. De Sinaloa partió una voz, la voz privilegiada de una mujer que arrasó como tormenta, todo lo que halló a su paso; impuso un estilo y levantó sobre sí misma, en los aires de la canción bravía del campirano, un pedestal desde el cual reina como ama y señora.

>>Texto extraído del número 105 de la Revista Siempre en 1955<<