Contra todo y contra todos

Carlos Alberto Pérez Cuevas

El 8 de marzo se celebró el Día internacional de la Mujer. Sorprende mucho ver acciones que confunden el fondo de esta conmemoración. Primero tenemos que definir qué es conmemorar. Y según el Diccionario de la Lengua Española significa: “Recordar solemnemente algo o a alguien.”

Esto es muy importante ya que define el fondo de cómo se concibe este hecho histórico. Y esto es así porque por todos lados vemos felicitaciones, flores, piropos y palabras que se expresan para felicitar a las mujeres por el hecho de serlo. Y en respuesta vemos reacciones que expresan que la celebración se ha confundido.

No se celebra a la mujer este día en su carácter de género. La celebración, conmemoración, recuerdo tiene que ver con los derechos que les han sido reconocidos a las mujeres, reconocidos después de arduas luchas y exigencias. No ha sido un camino fácil, siempre ha estado lleno de obstáculos.

Lo que han ganado las mujeres en materia de equidad es muy relevante pero aún no han conquistado el respeto absoluto de todos sus derechos. Sigue habiendo muchísimas mujeres violentadas, física, emocional, laboral y en amplias circunstancias de la vida. El derecho a votar, a participar en las decisiones trascendentes de la cosa publica, a ser reconocidas para ocupar espacios de liderazgo y poder es algo trascendente y relevante.

Hoy hablamos de paridad de género en cargos de elección popular y en la integración de órganos de decisión gubernamental, y cada vez nos enteramos de espacios muy relevantes ocupados por las mujeres, en la empresa, en la sociedad, en la política y en el gobierno. Eso tenemos que celebrarlo no solo un día en particular, sino todos los días.

Pero también es muy importante reconocer que hombre y mujer somos iguales en cuanto a dignidad de personas, como hombres y mujeres tenemos algunas características físicas distintas.

Reconozco y sé que nuestras sociedades han venido avanzando entre una cultura machista y por ello se tienen que hacer acciones que refrenden y permitan garantizar el respeto a los derechos de las mujeres. Sin embargo no comparto las cuotas de género en paridad, y no lo comparto porque lo que una sociedad madura debe lograr es equidad en las reglas, piso parejo en el reconocimiento de los derechos. Y esto debe ser así porque ha quedado demostrado que la inteligencia y la capacidad de decisión, trabajo, esfuerzo, entrega y talento no son una cuestión de género. ¿Por qué limitar a derecho de paridad? Pienso que al ser por capacidad y garantizarse las reglas puede haber órganos con más de la mitad de mujeres u hombres.

Hay gran cantidad de casos de mujeres que han demostrado en muchos campos ser mejores que los hombres. Grandes presidentas de naciones, científicas de renombre, destacadas académicas, empresarias exitosas y así en toda la sociedad. Y no han sido por paridad sino que se lo han ganado a pulso, muchas veces contra todo.

@perezcuevasmx

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