En 1960, el muralista David Alfaro Siqueiros fue acusado por el gobierno de Adolfo López Mateos de disolución social, esto derivo cuatros años de encierro en el Palacio de Lecumberri; a pesar de ello, y de estar acostumbrado a pintar en grandes proporciones, jamás abandonó el pincel.

Al poco tiempo de su ingreso, un conjunto de reclusos le pidió elaborar el decorado para el montaje de Licenciado no te apures, obra escrita por el preso Roberto Hernández Prado. De esa manera fue que realizó los transcendentales biombos, que hoy por primera vez en México se pueden apreciar dos de los tres que realizó, en la exposición El retorno del realismo. Siqueiros y la neovanguardia (1958-1974), en la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS).

La muestra además presenta 18 obras entre estudios, bocetos, litografías, material fotográfico, documental y obra de caballete del muralista mexicano.

De acuerdo con el curador Julio García Murillo, los biombos tienen representaciones iconográficas que aparecen de manera recurrente en su obra, como la madre proletaria.

“Creemos que funcionaban y activaban la noción dinámica en la obra de Siqueiros, en la que al voltearse cambian de escena. Hay tomas cinematográficas de cómo Siqueiros manipulaba los biombos conformados por cuatro paneles cada uno, pintados de los dos lados”.

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Con la exhibición que se integra por siete núcleos temáticos,  los visitantes podrán conocer más sobre la faceta de Siqueiros como escenógrafo y su relación con creadores como el dramaturgo y director teatral Juan José Gurrola y el artista plástico Arnold Belkin.

Se Intenta alejar de la lectura generalizada que se ha hecho de Siqueiros durante los años sesenta y setenta como un viejo oficial y atávico para complejizarlo con la historia de otros agentes. Además propone una reflexión sobre las disputas entre lo que conocemos como la generación de “La Ruptura” contra Siqueiros y el arte abstracto contra el arte realista.

También se incluyen dos piezas inéditas de la colección del Proyecto Siqueiros, recuperadas en 2010, durante el proceso de remodelación de la Tallera. Se trata de estudios preparatorios para el mural La marcha de la humanidad.  

Uno de los elementos que sobresalen en la muestra es la manera en que Siqueiros concibió y pensó a la SAPS, casa del pintor que se convirtió en museo en 1969 con la idea del mostrar al muralismo como obra de arte total.

Por otro lado, en el 2015, la mitad de aquella escenografía fue la pieza central de la subasta de Arte Latinoamericano de la Casa Morton en la Ciudad de México, con un precio estimado de 3.8 a 5 millones de pesos. En aquella ocasión Vivian Gorinstein, responsable de Arte Moderno y Contemporáneo de esa casa subastadora, explicó que la escenografía de Siqueiros fue parte de la colección de Paúl Anteby y la otra mitad era propiedad del Instituto Nacional de Bellas Artes. Sin embargo hasta el momento no se sabe donde se encuentra la tercera parte de los biombos.

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