A lo largo de su campaña electoral, Donald Trump siempre manifestó una profunda admiración hacia el presidente ruso Vladimir Putin. Tal vez nunca evaluó los inconvenientes que esto tendría a futuro. Este jueves, el recién designado fiscal general, Jeff Sessions, se encuentra bajo la lupa luego que se revelara que durante sus comparecencias ante el Senado, ocultó haberse reunido con el embajador ruso mientras se realizaba el ciberataque del Kremlin. La directiva demócrata reaccionó pidiendo la renuncia inmediata de Sessions, sobre todo “por mentir bajo juramento”, algo que incluso el líder republicano, Paul Ryan, reconoció que debe apartarse de las investigaciones oficiales si éstas recaen sobre él.

Según una investigación realizada por el diario The Washington Post, el embajador Sergei Kislyak se reunió dos veces con el entonces senador Sessions, siendo en septiembre la última cita que sostuvo con el diplomático, que fue precisamente el momento álgido en que se vivía el ciberataque ruso contra el Partido Demócrata.

Sessions sostuvo que nunca se reunió con ningún representante ruso durante la campaña y señaló que sus acusaciones eran falsas; algo que ha sido característico del estilo de Trump. “No soy consciente de ninguna de esas actividades. Fui llamado una vez o dos a trabajar en la campaña, y no he tenido comunicación con los rusos. No tengo capacidad para contestar”.

Sin embargo, ni sus propios correligionarios parecen creerle, ya que en un análisis hecho de sus declaraciones ante el Senado, éste básicamente se abstuvo de revelar el encuentro con Kislyak. Para los demócratas, se trata de una acusación grave la cual conllevaría que deje el cargo de manera inmediata. “Sessions no cumple los requisitos para ser el primer ejecutor de la ley en nuestro país; ha mentido bajo juramento y debe dimitir. Hay que abrir una comisión independiente para investigar las conexiones políticas, personales y financieras de Trump con los rusos”, afirmó la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. El jefe de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, también aprobó la moción.

Con ésta, se trata del segundo traspié más difícil que tiene la administración de Trump, que se ha enfrascado en negar toda vinculación con el Kremlin y en desprestigiar a los medios de comunicación, a los que acusa de difundir noticias falsas. Hace dos semanas, el asesor en seguridad, Michael Flynn, renunció tras las presiones mediáticas que lo señalaban por haber sostenido contactos con representantes rusos durante la campaña del magnate.

[gdlr_video url=”https://youtu.be/3hQYdtQfSRs”]